Por Esteban De Gyves
El pasar el mando de la empresa no es tarea fácil, requiere por un lado de quitarse de sentimentalismos y por otro asegurarse que continuará su crecimiento.
Para cualquier empresario el designar a un Director General es más complicado de lo que parece, puesto que esto significa el confiar en alguien más para tomar las riendas de su empresa, no obstante esto puede generar muchos beneficios para la compañía, ya que le permitirá centrarse en tareas más específicas y de mayor importancia dentro de la organización, sin tener que estar a cargo del resto de ella.
Un Director General debe asegurarse de que todas las funciones dentro de la empresa se realicen en tiempo y forma, asignando correctamente los roles dentro de la organización. Éste es un puesto muy demandante y absorbente, razón por la cual el dueño no debe ser quien lo juegue.
Para que una compañía pueda crecer continuamente sin depender de sus propietarios y garantizar que no se convierta en una estadística más de mortandad a la segunda o tercera generación, es importante estructurarla en base a cuatro direcciones:
1. Comercial: es el responsable de cerciorarse que se genere dinero. Este departamento se divide en dos funciones:
· Marketing: enfocado al tema de branding y promoción, quienes deben garantizar que la empresa siempre esté generando sospechosos (personas que tienen interés en conocer la empresa y que forman parte del mercado meta) para la fuerza comercial.
· Ventas: encargado de definir un proceso de comercialización detallado, paso por paso para asegurarse de que toda la producción de sospechosos creados por marketing sean contactados, además de mejorar nuestro factor de conversión para que cada día más personas se conviertan en compradores y clientes.
Para garantizar que la empresa reciba constantes entradas económicas, la dirección comercial deberá trabajar y tener especial cuidado en dos áreas:
a) Maximizar los márgenes de utilidad.
b) Incrementar las ventas: primero, se requiere conseguir más clientes nuevos y segundo venderle más a los actuales, ya sea subiendo el monto promedio de venta y/o el número de transacciones.
2. Operaciones: es el responsable de que los productos y servicios sean entregados en tiempo y forma, de manera que los consumidores vivan una gran experiencia de compra y regresen posteriormente. Esta dirección involucra a todos aquellos que tratarán con un cliente nuevo, ya sea para aclaraciones, quejas, servicios, asesoría, garantías o la ejecución de lo que se vende.
También involucra indirectamente al departamento comercial, administrativo y de recursos humanos, para definir los estándares de atención al cliente que éstos deben mantener y que los responsables de cada una de estas áreas garanticen que así sea. Recuerda que la razón por la que tenemos un Director o Gerente de operaciones es debido a que necesitamos un responsable de que nuestros clientes regresen.
3. Administración y Finanzas: en términos prácticos es el encargado de maximizar nuestros márgenes de utilidad, si por ejemplo éstos corresponden a un 10%, se debe hacer hasta lo imposible para llegar y superar dicha meta. También debe cuidar los costos, gastos, compras y optimizar recursos.
4. Recursos Humanos: es el encargado de elegir al personal adecuado para la organización, asegurándose de que tenga la capacidad, entrenamiento y actitud correcta. También es el responsable de que todo el talento humano se ponga la camiseta. Además debe realizar las tareas de inducción, capacitación, entrenamiento, eventos de integración, tratar de disminuir la rotación e incrementar la satisfacción entre el personal.
La clave está en formar personas responsables, ese es el reto, todo lo demás es muy simple, ya que debemos recordar que no creamos compañías, sino que desarrollamos capital humano para que atiendan nuestras empresas.