La transformación digital ha traído consigo oportunidades inmensas para las empresas mexicanas, pero también un costo que muchas aún no están calculando del todo: el de los ciberataques, ¿cuáles son las industrias más afectadas en México?
En 2025, México y América Latina atraviesan una etapa crítica en materia de ciberseguridad. La automatización, el uso intensivo de datos y los avances de la inteligencia artificial, por un lado, están redefiniendo las estrategias empresariales, pero al mismo tiempo, esta tecnología está siendo aprovechada por los hackers para lanzar ataques cada vez más sofisticados y costosos.
De acuerdo con el más reciente Cost of a Data Breach Report de IBM, el costo promedio global de una violación de datos en el 2025 es de $4.44 millones de dólares, la mayor cifra registrada desde que se realiza el estudio. A pesar de que en promedio el costo de un ciberataque es menor en América Latina que en Estados Unidos y Europa, la tendencia refleja que los costos de los incidentes están aumentando en prácticamente todos los sectores y México no es la excepción.
Un panorama de riesgo en expansión
El país enfrenta una situación especialmente delicada. A medida que la digitalización avanza en sectores clave como la banca, la manufactura o la salud, también aumenta la exposición a los riesgos digitales. Esta situación se ha vuelto crítica en México , ya que desafortunadamente muchas organizaciones en el país no están preparadas con las soluciones de ciberseguridad optimas y tardan más tiempo tanto en detectar como en contener una brecha de datos, lo que incrementa exponencialmente los costos de recuperación de un ciberataque.
Antes de profundizar en las cifras, vale la pena mencionar que el gasto asociado a un incidente cibernético no se limita al pago de un rescate o a la reparación técnica del daño. Incluye sanciones regulatorias, pérdida de clientes, honorarios legales, costos por interrupción de operaciones, daño reputacional e incluso, la disminución en el valor de la marca.
En pocas palabras, un ciberataque puede convertirse en una amenaza a la continuidad del negocio, por lo que vale la pena echar un vistazo a cómo los ciberataques afectan a cada sector.
Industria financiera
La industria donde el impacto económico de los ciberataques suele ser más devastador es la financiera. Bancos, fintechs y aseguradoras concentran algunos de los incidentes más costosos en México. Esto se debe al alto valor de los datos que manejan, la regulación estricta que enfrentan y la necesidad de mantener la confianza de sus usuarios.
Las brechas en este sector suelen tener efectos prolongados. Además del gasto inmediato para contener el incidente, las instituciones deben invertir en auditorías, mejorar sus infraestructuras y asumir posibles sanciones por incumplir la Ley de Protección de Datos Personales. En casos de alto impacto, las pérdidas combinadas por rescate, interrupción de operaciones y daño reputacional pueden superar los $140 millones de pesos, según estimaciones de analistas del sector.
En América Latina, los bancos mexicanos figuran entre los principales objetivos de los grupos de ransomware. El atractivo radica en la liquidez inmediata y en el hecho de que las entidades financieras tienden a pagar con mayor rapidez para evitar un colapso operativo.
Manufactura
La industria manufacturera mexicana ha experimentado una digitalización acelerada que les ha permitido incrementar la eficiencia de la cadena de suministro, pero al mismo tiempo ha abierto nuevas puertas para los hackers. De hecho, es el sector más atacado del país, ya que alrededor del 30% de los incidentes de ransomware registrados en el país durante el último año tuvieron como objetivo a empresas dedicadas a la fabricación de bienes.

En promedio, el costo de una violación de datos en el sector manufacturero de América Latina es de aproximadamente $2.82 millones de dólares. Cabe destacar que el daño económico no se mide solo en dinero robado o datos filtrados, sino en horas o días de producción perdidos. Un ciberataque que interrumpe una línea de ensamble puede generar pérdidas millonarias por paros técnicos, incumplimientos de contratos o pérdida de propiedad intelectual.
A diferencia del sector financiero, donde el impacto es más reputacional y regulatorio, en la manufactura el golpe es totalmente operativo. Cada minuto de inactividad puede significar miles de dólares perdidos. Por ello, este sector también se ha convertido en uno de los que más invierte en ciberseguridad industrial y en detección temprana de amenazas.
Salud
El sector salud se encuentra entre los más afectados en términos de costo por ataque. Esto se debe en gran medida a que según los especialistas, la información médica tiene un valor altísimo en el mercado negro digital, ya que los historiales clínicos incluyen datos personales, financieros y de salud que pueden usarse para fraudes o extorsiones.
En hospitales y clínicas mexicanas, la digitalización de expedientes y la adopción de telemedicina han ampliado la superficie de ataque. Un ciberataque no solo implica el riesgo de filtración de datos, sino también la interrupción de servicios esenciales. Los sistemas comprometidos pueden dejar fuera de operación quirófanos o sistemas de urgencias, con consecuencias potencialmente graves.
A nivel mundial, las brechas en salud tienen un costo promedio de alrededor de $7.42 millones de dólares, siendo el sector más oneroso. Además el costo promedio para el sector salud ha aumentado consistentemente un 53.3% desde el año 2020, lo que refleja el valor de los datos médicos. La recuperación técnica, la atención a pacientes afectados, las auditorías regulatorias y el impacto en la confianza pública hacen que el costo total por incidente se dispare.
Gobierno y sector público
Las instituciones gubernamentales mexicanas han sido blanco constante de ciberataques en los últimos años. Muchos de ellos tienen motivaciones políticas o de espionaje, aunque también se han detectado intentos de extorsión. Si bien el valor financiero de los datos públicos puede ser menor, el daño social y operativo es considerable.
Los ataques a dependencias federales y estatales suelen derivar en la suspensión temporal de trámites, afectación a servicios críticos y exposición de información ciudadana. Además, la limitada infraestructura de seguridad en algunos organismos públicos dificulta la contención rápida de los incidentes, lo que incrementa los costos.
Aunque el gobierno mexicano ha comenzado a invertir más en ciberseguridad y capacitación, los desafíos persisten. La falta de especialistas y la dependencia de sistemas heredados continúan siendo puntos débiles frente a un panorama de amenazas cada vez más agresivo.
Comercio minorista y e-commerce
El sector retail enfrenta ataques de forma continua, especialmente a plataformas de comercio electrónico y puntos de venta. Sin embargo, el costo promedio de los incidentes en este ámbito suele ser menor que en sectores como finanzas o salud, debido a que los datos comprometidos, principalmente información de clientes o transacciones, tienen menor valor unitario.
Esto no significa que el impacto sea leve. En negocios con alta rotación o ventas en línea, un ataque puede detener operaciones durante horas o días, afectando directamente los ingresos y la experiencia del consumidor. En los casos de grandes cadenas minoristas, la pérdida de confianza puede traducirse en caídas importantes en ventas y valor de marca.
Industrias con menor costo promedio
Aunque la atención suele concentrarse en los sectores más golpeados, también existen industrias donde el costo medio de los ataques es más bajo. La educación es un claro ejemplo de esto: muchas universidades y centros escolares manejan información personal, pero carecen de los volúmenes financieros o médicos que encarecen las brechas en otros ámbitos.
Lo mismo ocurre con las pequeñas y medianas empresas de servicios. Si bien sus costos absolutos son menores, el daño relativo puede ser devastador. Una brecha que implique pérdidas de unos pocos millones de pesos podría significar el cierre definitivo de una empresa sin recursos para recuperarse. La falta de inversión en seguridad digital y la baja conciencia del riesgo explican buena parte de la vulnerabilidad en este segmento.
El factor tiempo y la IA: los nuevos diferenciadores
Más allá de las cifras, el verdadero determinante del costo de un ciberataque sigue siendo el tiempo. Las organizaciones que logran detectar y contener un incidente en cuestión de días y no de meses o semanas reducen sus pérdidas de forma significativa. La inteligencia artificial, cuando se utiliza correctamente, se ha convertido en una aliada clave al permitir monitorear anomalías en tiempo real, identificar patrones de comportamiento sospechosos y acelerar las respuestas ante incidentes.
En 2025, los ciberataques ya no son solo un riesgo, sino una amenaza cotidiana con consecuencias económicas tangibles. Lamentablemente, México se encuentra en una encrucijada, ya que mientras el país avanza hacia una economía cada vez más digital, la falta de protección adecuada puede poner en jaque su competitividad.
Los altos costos en promedio de los ciberataques reflejan por qué implementar soluciones avanzadas de seguridad digital es hoy una inversión estratégica. En la era de la inteligencia artificial, quien se anticipe, detecte rápido y actúe con inteligencia no solo reducirá pérdidas, sino que también consolidará su posición en un mercado donde la confianza se ha convertido en el activo más valioso.
Fuentes de información:
- IBM – Cost of a Data Breach Report 2025: Navigating the AI rush without sidelining security
- CrowdStrike – 2025 Latin America Threat Landscape Report
- SOCRadar – LATAM Regional Threat Landscape Report 2025
- Digi Americas Alliance / Recorded Future / Duke University – LATAM Financial Sector Threat Landscape 2025: Evaluating Actor Targeting and Defense Strategies for Latin American Financial Sector Institutions











