Los altos mandos deben enfocarse en blindar sus organizaciones de los ciberdelitos en una época donde los riesgos pueden llegar de cualquier parte.
Por Héctor Absalon Castillo
Michael Porter, Kim Chen, Collins, Osterwalder son autores que en alguna medida son reconocidos como visionarios dentro del mundo de las estrategias de negocio. Y aunque quisiéramos, sería sumamente complicado referir a los CEO que han sido influenciados con sus ideas. Entre todos estos escritores, podemos destacar una idea muy clara: unicidad.
Las empresas en la actualidad intentan mantenerse siendo únicas en el mercado; protegiendo su posición estratégica, ese océano azul que han creado y la oferta de valor. Esto sin lugar a dudas, es una preocupación auténtica para los altos mandos ejecutivos.
¿Cómo se diferencia una organización?
La respuesta es sin lugar a dudas en cómo se genera, procesa, transforma y utiliza la información para entregar productos o servicios que gusten y enamoren a los clientes. Toda acción humana debe estar soportada mediante tecnología gobernada por estructuras generadas por procedimientos.
Entonces, ¿sería correcto concluir que la protección de la información en todos sus ciclos de vida está alineada a la estrategia de la empresa? La defensa de la información o en términos más actuales, la ciberseguridad, es un tema a considerar en la agenda del negocio.
Por ejemplo, el cómputo en la nube con las tecnologías as a service, una de las principales tendencias de las TIC de los últimos años, gozará de una tasa de crecimiento anual compuesto de doble dígito hasta 20201. Muchas organizaciones en México se están montando en la ola de la transformación digital.
Dicha evolución puede ser algo tan básico como migrar los actuales servicios de ofimática a G Suite, o algo un poco más complejo como cambiar la actual arquitectura de cómputo, de un entorno físico a uno híbrido o totalmente virtual, soportado en nubes de Azure o Amazon Web Services.
La mayoría de los servicios básicos de proveedores de anything as a service (XaaS) tienen poca o nula consideración hacia la ciberseguridad del cliente.
Los cambios de la transformación digital de una empresa pueden también tener consecuencias en sus modelos de negocio y en su diferenciador estratégico. Por lo tanto, sin las condiciones de seguridad necesarias, se pone en riesgo la estructura misma de las organizaciones.
Una decisión prioritaria
Cualquier estrategia debe incluir un componente relacionado a la ciberseguridad, ya sea para proteger a los colaboradores con intenciones maliciosas, a las operaciones empresariales, a los clientes, o a todos al mismo tiempo.
El ciberespacio se ha plantado como un entorno más en el contexto organizacional, por ende debe ser una de las principales preocupaciones de los CEO. La competencia actual, los nuevos competidores, proveedores, productos sustitutos, y hasta los reguladores, forman parte del ecosistema, por lo que hay que blindarse ante estas cuestiones.
La diferenciación en el mercado y el valor de una oferta depende de la satisfacción y protección del cliente. Recuerda la pérdida de 23 mil millones de dólares por parte de Apple en septiembre de 2014, después del hackeo a varias cuentas iCloud de celebridades.
Finalmente, considera la seguridad basada en la nube: CASB, firewalls aplicativos, servicios AntiDDoS, entre otros para complementar su transformación digital.
¿Tu estrategia tecnológica, de recursos humanos y de comercialización, considera en su planteamiento más fundamental la protección de la información de la organización?, ¿qué tal la de sus clientes? Recordemos que sin estos elementos no existe un océano azul, pues no habría oferta ni demanda que le constituya.
Referencias:
1 Forbes
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