Humberto Cantú es Socio Fundador de Renovapack, una empresa que nació como un arma para atacar un nicho de mercado en crecimiento: los productos sustentables.
La diferencia entre tener éxito o no en muchas ocasiones radica en identificar las oportunidades y no dejarlas pasar. Humberto Cantú es Socio Fundador de Renovapack, una distribuidora de desechables biodegradables a nivel nacional que inició junto a su socio Miguel Sernas. La idea de abrir una empresa sustentable surgió en el 2009, cuando al analizar el mercado, concluyeron que el tema ecológico iba en ascenso.
“Investigando encontramos que la parte de los desechables era una oportunidad porque es un mercado muy grande en México, dominado por tres o cuatro empresas. Había un nicho que podíamos atacar enfocado en lo ecológico”, dice el egresado de Mercadotecnia del Tec de Monterrey.
Aunque se inició con un catálogo muy reducido de productos, poco a poco ha ido incrementándose hasta tener el más amplio del país, en parte por el aumento de los clientes y el volumen de sus compras, pero también por el cambio cultural que empieza a darse: “Las empresas y las personas cada vez se enfocan más en los conceptos verdes y eso hace que busquen este tipo de productos”.
El año pasado Renovapack fue incluida entre las 30 promesas de negocio dentro del rubro de emprendedores sociales1, destacando que su facturación se incrementó de 10 a 14 millones de pesos, del 2014 al 2015.
“Nosotros vendemos un producto con un valor agregado muy amplio, así que aunque la gente no tenga la cultura, nos conocen y empiezan a envolverse en ésta. Para muchas marcas utilizar biodegradables es un diferenciador importante ante la competencia”, indica.
Cantú destaca que ha enfrentado diferentes retos, incluyendo el no tener experiencia para llevar este tipo de negocio. Con el paso del tiempo, mientras la empresa crece, ésta le ha exigido hacerlo con ella.
“Cuando Renovapack tenía casi cuatro años inicié la maestría, un MBA en el EGADE. Ahí me di cuenta que el universo es enorme, y que en el pequeño mundo de tu compañía haces las cosas de cierta forma y que puedes aprender de cómo las hacen en empresas más grandes”, señala.
Más que un simple desechable
El emprendedor explica que el valor extra de sus productos es que mientras otros tardan hasta 400 años en degradarse o sólo son reciclables, los suyos se vuelven composta en 60 días y pueden usarse como tierra para las plantas, gracias a que están hechos con materiales 100% orgánicos, de fibras naturales como el trigo y la fécula de maíz.
Uno de los obstáculos que se superan diariamente es saber mantenerse en el mercado a travé s de los años: “Nos hemos enfocado en ofrecer un gran servicio al cliente; basándonos en eso, aquí seguimos a pesar de que vendemos productos más caros que los normales y no toda la gente está dispuesta a invertir”.
El consumo de compostable pro ducts —como se les denomina en Estados Unidos— aún no es obligatorio en México, por lo que la empresa no sólo ofrece un artículo, también debe sensibilizar al consumidor para lograr un cambio cultural: “Empieza a haber regulaciones para empresas grandes, pero son pocas. Nos enfrentamos a una sociedad en la que siempre se elige lo más barato; le gusta tu producto, pero lo rechaza al ver el precio”.
Cantú destaca que trabajar con empresas grandes, como cadenas hoteleras, les ha enseñado a mejorar en sus procesos internos de logística y administración para poder cubrir la demanda.
Renovapack en unos años espera pasar de sólo comercializar a también fabricar. Actualmente ya lo hacen con las bolsas biodegradables: “Nuestro pensamiento siempre ha sido ser los primeros en México en manufacturar estos productos. Ha habido empresas que lo han intentado, pero aún no lo consiguen”.
Referencias:
1 Forbes
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