Utiliza los datos masivos para crear estrategias que te permitan llegar de manera más directa a tus clientes.
Actualmente, la frase “La información es poder”, atribuida a Francis Bacon, cobra mayor relevancia por la creciente necesidad de tomar decisiones en tiempo real. Alcanzar el conocimiento requiere recolectar y analizar datos, agregar significado (relevancia, propósito, contexto) y utilidad.
Si bien las necesidades de análisis no son nuevas, han incrementado últimamente de forma notable el volumen, calidad, formato y las fuentes de información, lo que ha aumentado considerablemente la complejidad. Sin importar estos eventos, las empresas requieren beneficiarse para tomar mejores decisiones.
Entre los datos producidos por los humanos, se pueden citar aquellos capturados mediante textos internos de la empresa o de sus apps móviles, así como redes sociales. Los generados por las máquinas provienen de sensores, aplicaciones, satélites, dispositivos móviles, bitácoras y GPS.
En la evolución de las tecnologías data warehousing, data mining e inteligencia de negocios, se incluye el Big Data para analizar datos cuyo volumen, velocidad y variedad (heterogeneidad y número de fuentes) es muy grande.
Si bien es cierto que gracias a tecnologías con Big Data podemos almacenar, manipular y analizar cualquier dato sin importar su origen, tamaño y forma, la gran “incógnita” es cómo poner en acción este potencial para obtener el mejor provecho y los mayores beneficios. Por ejemplo, en marketing para captar y retener a más clientes, reducir costos y/o mejorar procesos.
Por un lado, estas dudas surgen debido a cierto desconocimiento sobre el Big Data; por otro, gracias a la existencia de muchas peculiaridades sobre el tema, su abanico de aplicaciones y usos es muy diversos.
¿Para qué utilizaríamos esta tecnología en el marketing empresarial, uno de los casos en donde tiene mayor adopción? Las actividades son trasladadas al siguiente nivel para aportar a la empresa información de contexto que permite una percepción más profunda y precisa de los clientes. En consecuencia, es posible segmentar para implementar estrategias dirigidas, o incluso microsegmentar para crear campañas irresistibles a la medida de cada persona.
Esto se logra generando una vista periférica del comprador, integrando datos internos con externos. Los primeros se obtienen a partir de los sistemas ERP, CRM, aplicaciones móviles corporativas y de análisis de clics sobre el portal o la tienda online. Mientras que la información exterior se recolecta en redes sociales, motores de encuestas, apps externas, sistemas de geolocalización, entre otros.
Con esta integración de información es posible generar una vista panorámica del cliente, utilizando datos duros y de contexto (estos últimos suelen cambiar con mayor frecuencia).
Así pueden crearse modelos estadísticos con todas sus variables (demografía, preferencias, consumos…) para segmentar y pronosticar posibles comportamientos y patrones que deriven en la pérdida de consumidores y detectar a quienes son leales o tienen la intención de hacer negocios contigo.
La efectividad de las campañas se logra a través de la integración y de modelos estadísticos que correlacionan hechos presentados previamente.
Algunas de las estrategias de marketing más comunes y con mejores resultados son:
Lo anterior se conoce como marketing contextual y es posible gracias a las características inmersas del Big Data que permiten crear y enviar campañas a través de múltiples canales (mail, SMS, apps móviles), incluso en tiempo real. El objetivo es anticiparse a la competencia, captar más ventas y mejorar la experiencia del cliente elevando los niveles de servicio.
Ir al canal NUBAJ