Ante los sucesos ocurridos el sábado pasado en Charlottesville, Virginia, líderes de las principales compañías han tomado medidas para reducir el impacto de los mensajes racistas y discriminatorios.
Por Redacción TNE
En pleno siglo XXI, las ideologías supremacistas continúan vigentes. No cabe duda de que con la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos éstas se avivaron, despertando rencores de antaño ahora en un mundo globalizado, donde la diversidad racial está a la vuelta de la esquina y enriquece las relaciones sociales y laborales.
Ante lo ocurrido el pasado 12 de agosto en Charlottesville, Virginia, donde una persona falleció y otras tantas resultaron heridas, después del choque entre grupos de ultraderecha y pacifistas, diversos líderes tecnológicos han marcado distancia de la administración del gobierno de Estados Unidos, encabezada por Trump; algunos han renunciado a su consejo de asesoría y otros están tomando cartas en el asunto para evitar la difusión de contenidos racistas y de violencia.
“Los últimos días han sido difíciles de procesar. Como judío, es algo con lo que he pensado durante mi vida. Es una desgracia que a estas alturas todavía tengamos que decir que los neonazis y los supremacistas blancos están mal, como si no fuera algo obvio”, escribió Mark Zuckerberg en su perfil de la red social.
La empresa ha cerrado diversas páginas destinadas a promover el nacionalismo blanco. También, desde finales del año pasado canceló un foro interno llamado FB Anon usado para publicar mensajes sexistas y raciales, la mayoría de ellos compartidos por simpatizantes de Donald Trump. Hasta el momento ha clausurado ocho páginas relacionadas al movimiento nacionalista.
Uber
La compañía de transporte privado envió un mensaje a sus colaboradores y conductores prometiéndoles censurar a los supremacistas y otros miembros pertenecientes a grupos de odio. “Simplemente no hay lugar para este tipo de fanatismo, discriminación y odio”, escribió Meghan Verena, Regional Manager.
Durante el fin de semana pasado, Uber censuró al supremacista blanco James Allsup y su pasajero Tim “Baked Alaska” Gionet, un ultra derechista, quien realizó comentarios racistas mientras su vehículo transitaba por el National Museum of African-American History and Culture, en Washington D.C. La conductora, de origen afroamericano, se sintió ofendida y les pidió bajar del automóvil.
Entre otras acciones, Google quitó de la Play Store la aplicación Gab por violar las políticas sobre el discurso de odio, esto a pesar de haber recaudado un millón de dólares a través de una campaña de crowdfunding. Ésta es muy popular entre los ultraderechistas. A pesar de afirma ser completamente neutral, el logo de “Pepe the Frog”, dice lo contrario, ya que es una mascota popular entre los derechistas. Incluso su CEO, Andre Torba, además de apoyar a Donald Trump, fue removido de Y Combinator por violar las políticas de acoso.
Apple
Tim Cook, máximo capitán del gigante tecnológico, criticó las declaraciones del mandatario de Estados Unidos en las cuales culpa a los dos bandos por lo ocurrido en Charlottesville.
“Difiero con el presidente y con aquellos que creen que hay una equivalente moral entre supremacistas blancos y nazis, y quienes se oponen a ellos al defender los derechos humanos. Igualarlos se opone a nuestros ideales como estadounidenses”, escribió el CEO a sus empleados.
La compañía de la manzana se unió a los esfuerzos de otras redes sociales como Facebook, Twitter y LinkedIn, así como Spotify y la empresa de seguridad Cloudfare, mismas que suspendieron sus servicios a grupos de odio.
Aribnb
La organización tomó medidas para no rentar habitaciones a personas que asistirían en días anteriores a los sucesos de Charlottesville al rally Unite the Right. También prohibió compartir contenidos que promuevan la discriminación, el odio, y el acoso a cualquier individuo o grupo.
Desde un punto de vista relacionado a la libertad de expresión, las opiniones de las personas deben ser accesibles, según Roy Gutterman, director del Tully Center for Free Speech de la Universidad de Siracusa. “Pero el otro problema es: ¿cuánto legitimizas organizaciones marginales al permitirles que tengan un lugar sobre la mesa?”.
Las anteriores son algunas empresas que han tomado medidas para reducir el impacto de las ideologías supremacistas. Y tú, ¿qué opinas al respecto?
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