Por Redacción TNE
Esta formación natural es un atractivo para los amantes de las aventuras y los exploradores.
A unas de horas de Monterrey, Texas esconde uno de los lugares favoritos para los amantes del buceo: El Pozo de Jacob.
Situado en el poblado de Wimberley (entre San Antonio y Austin), este espectáculo acuático ofrece la posibilidad de nadar en una formación natural del río Cypress Creek. Desde lo alto es posible apreciar el pozo en medio del cauce.
En total, la boca de este agujero es de cuatro metros de diámetro, los suficientes para que los visitantes naden en él, pero su característica principal –y lo que más atrae a los turistas y buzos– es que su profundidad alcanza los 10 metros en un descenso completamente vertical.
Quienes lo han explorado, han podido mapear este pozo para conocer que, después de que el túnel termina, continúan una serie de cámaras o cavernas a las que hay acceso, pero con dificultad porque su profundidad puede llegar a ser de hasta 40 metros y se trata de una zona muy estrecha, apenas con el espacio suficiente para que pase una persona con su equipo de buceo.
El Pozo de Jacob se ha ganado a pulso la fama de ser una de las cuevas subacuáticas más peligrosas del mundo; en los últimos años se tienen registrados varios decesos.
Pese a las historias fatales que se cuentan, los aventureros siguen llegando con el deseo de explorar más cámaras del fondo. Hasta la fecha se tiene conocimiento de que sólo cuatro han sido descubiertas.
Quienes habitan en la zona recomiendan a los visitantes nadar en su interior, lanzarse desde lo alto e incluso bucear, pero no adentrarse a zonas muy profundas si no se es experto o cuenta con el equipo necesario.