Desde desiertos y praderas hasta glaciares y bosques templados, tú eliges el paisaje que quieras en esta exótica zona del extremo sur de Sudamérica.
Por Redacción TNE
Primero lo primero, la Patagonia es una región enorme: más de un millón de kilómetros2 (como referencia, Alemania tiene una extensión de poco más de 350 mil kilómetros2). Una vez dicho esto, queda claro que te tomaría más de una vida visitar todo lo que tiene que ofrecer; pero si eres un aficionado de la naturaleza, la aventura y el senderismo, harás todo lo posible por maravillarte de lo que la región ofrece, desde anaranjados desiertos hasta azures glaciares.
Adéntrate en la aventura
Para comenzar tu viaje tendrás tres opciones: los aeropuertos de Bariloche, Calafate o Ushuaia. Si tu idea es llegar por autobús, la ruta más “rápida” es llegar a Buenos Aires, tomar un camión y realizar un trayecto de cerca de 24 horas de duración. Ya una vez en la zona, el método de viaje más recomendable es pedir aventones a los automovilistas sin temor alguno, el lugar es conocido por la amabilidad y calor que brindan las personas acostumbradas a recibir viajeros en todas las épocas del año.
El camino suele iniciarse en San Carlos de Bariloche, ubicado a lado del Lago Nahuel Huapi, donde se pueden realizar diversas actividades náuticas y paseos en embarcaciones. Para otra postal completamente distinta, el Cerro Catedral es considerado el segundo destino mundial de esquí, snowboarding y escalada. El recorrido más popular es el de los siete lagos glaciares en una ruta que te lleva hasta San Martín de los Andes, una pintoresca ciudad de montaña a orillas del Lago Lácar que se especializa en la pesca, las artesanías de madera y el chocolate.
El viaje continúa en El Calafete, puerta de entrada al Parque Nacional los Glaciares, entre donde se encuentra el famoso gigante de hielo Perito Moreno que se extiende por varios kilómetros y es de los pocos en el mundo que puedes ver tan de cerca, escuchando los estruendosos sonidos que se producen cuando enormes trozos de hielo se desprenden del glaciar para caer al agua. No olvides visitar el pueblo de El Chaltén, hogar del cerro Fitz Roy, uno de los lugares favoritos a fotografiar de la Patagonia.
¿Qué sigue? Sin lugar a dudas Puerto Madryn que es conocido por sus acantilados, playas y la Península de Valdés, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Prepárate para avistar orcas, leones marinos, pingüinos y una gran variedad de aves. Sin embargo, lo realmente valioso es acudir entre los meses de mayo y septiembre a maravillarse con la migración de la ballena franca austral, una postal inolvidable.
Para concluir esta increíble aventura, llegarás a Ushuaia o el Fin del Mundo, como se le conoce por ser la ciudad más austral del mundo. Su principal atractivo es el Parque Nacional Tierra del Fuego, uno de los más bellos del planeta con vistas de glaciares, valles, cumbres nevadas, bosques y costas marinas. Visita la Isla de los Pájaros y avista a su gran cantidad de cormoranes, sin olvidar dar un paseo por el Faro Les Eclaireurs, construido en 1919. Recuerda tomarte una fotografía con el cartel a lado del puerto que te recuerda dónde estás: “Ushuaia, fin del mundo”.
¿Dos semanas? ¿Un mes? Toma tu tiempo al recorrer esta región y procura no perderte de nada. Cuando finalmente termines, ¡aún te quedará visitar la Patagonia chilena!, pero esa ya es historia para otro cuento.
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