Por Noticias TNE
Un chip será capaz de decirte si tus alimentos ya no sirven para evitar que otros se echen a perder.
El desperdicio de alimentos es un problema social y económico que cuesta unos 750 mil millones de dólares al año en todo el mundo, la mayoría de las veces porque se compra de más en el súper y la comida termina echada a perder en el refrigerador.
La empresa C2Sense está desarrollando una “nariz artificial” que se compone de un chip con cuatro sensores capaces de detectar olores que una persona no tendría la capacidad de distinguir, para monitorear frutas, carne, pollo, pescado y otros alimentos cuya merma depende de la frescura que tengan.
El cofundador de la compañía Jan Schnorr explicó que la primera meta que tienen en mente es que el sistema llegue a las máquinas -como los refrigeradores- para que “huelan” cuando la comida se está descomponiendo lo que causaría un gran impacto positivo porque las personas podrán salvar otros alimentos que aún están en buen estado.
El desperdicio de comida es contagioso: el dicho “una manzana podrida echa a perder el cesto” es totalmente cierto, ya que una fruta en mal estado libera etileno, acelerando su descomposición y exponiendo a otras que estén cerca a la misma situación.
La tecnología de C2Sense puede detectar este gas, que la nariz humana no percibe en esa pequeña cantidad, para avisarle al usuario la situación y prevenir el desperdicio de más alimentos. El chip puede evitar grandes pérdidas de dinero a fruterías, restaurantes y consumidores al menudeo.
Schnorr, quien desarrolló el aparato mientras cursaba su Doctorado en Química en el MIT, indicó que el chip funciona de forma similar a la de un detector de humo, cuyo sistema está hecho para alertar cuando “huele” monóxido de carbono; en el caso de la nariz artificial se preparó para que al detectar ciertos gases suene una alarma.
Actualmente el costo del chip se considera elevado para poder distribuirlo de forma masiva, por lo que el objetivo final del proyecto es poder abaratarlo para que su comercialización sea más sencilla. El plan considera que la tecnología pueda incluirse en las bolsas del súper o celulares para que el consumidor escanee los alimentos antes de adquirirlos.