25/01/2016 | Por Noticias TNE
Esta tecnología ayudará a detectar ingresos ilegales de personas por robo de identidad o uso de documentos falsos.
Tras un periodo de prueba en el Aeropuerto Internacional de Washington-Dulles, el Servicio de Aduanas de Estados Unidos ha anunciado que la tecnología de reconocimiento facial se extenderá al resto de las terminales aéreas para que todos los viajeros -nacionales y extranjeros- pasen por él para detectar ingresos ilegales.
De marzo mayo de 2015 el programa 1-to-1 Facial Comparison Project fue parte de las nuevas estrategias de seguridad que el país puso en marcha con el fin de hacer sus fronteras más seguras, ya que el software es capaz de comparar rasgos faciales de la persona que llega físicamente a revisión y la fotografía que está en el sistema de visas, calificando la coincidencia en una escala de 1 a 100.
Si el puntaje no excede de 30, el viajero deberá ser escoltado a una segunda prueba de seguridad; si obtiene entre 31 y 50 quedará a juicio del agente si pasa libremente o no; en caso de que se obtenga arriba de 51, el visitante continuará con su trayecto sin problemas.
La expansión del reconocimiento facial será de forma gradual; la siguiente terminal en contar con esta tecnología será el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, en Nueva York, que para mediados del mes de febrero la tendrá funcionando al 100%.
El plan de ingresar este tipo de software es parte de un proyecto liderado por la Dirección de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional con el fin de “aumentar la capacidad del Servicio de Aduanas para detectar qué viajeros ingresan en EE.UU. y confirmar la salida de los ciudadanos no estadounidenses”, indicó Gil Kerlikowske, comisionado del Servicio de Aduanas.
Una de las preocupaciones sobre su adopción masiva es el uso que se dará a la información que se obtenga de cada viajero, ya que aunque se espera que sólo sirva para identificar el fraude y robo de identidad en instantes, se teme que pueda violarse la privacidad de las personas.
Kerlikowske explicó que las fotos tomadas en Dulles se almacenaron para analizar el nivel de eficacia del software, pero que las futuras ya no se guardarán, a menos que la administración o seguridad lo requieran.