La gestión de los recursos y las buenas prácticas, además de reducir costos y eficientar procesos, ayudan a que las organizaciones sean más atractivas para los clientes y quienes deseen trabajar con ellas.
Por Redacción TNE
A lo largo de la historia, los Chief Financial Officers (CFO) nunca se han involucrado profundamente en los esfuerzos sostenibles de la empresa, ya que no lo consideran indispensable o no está dentro de su competencia. Sin embargo, la sustentabilidad corporativa es un tema que no puede dejarse a un lado; por el contrario, debe formar parte integral del modelo de negocio.
Lo anterior permite lograr un crecimiento y además contribuye a mejorar la reputación de la organización, salvaguardando la imagen de la marca. Si bien por lo general la atención gira respecto a la ejecución de la estrategia, es vital que las compañías tomen en cuenta la logística a fin de saber cómo implementarla. Los esfuerzos realizados no sólo reflejan un beneficio para la sociedad y el medio ambiente, también representan una oportunidad que contribuya a reducir costos e incremente las ganancias.
Por ejemplo, de acuerdo al reporte Beyond Supply Chain del Foro Económico Mundial, las prácticas sostenibles dentro de las cadenas de suministro podrían reducir los gastos entre un 9 y 16% y elevar su valor de marca entre un 15 y 30%. Las empresas que buscan la sustentabilidad tienden a lograr un mejor desempeño a diferencia de aquellas que no son “verdes”.
Los CFOs ya no pueden darse el lujo de hacer a un lado la sustentabilidad corporativa. Al contrario, debe convertirse en prioridad donde el directivo sepa gestionar los fondos y recursos requeridos para alcanzar la eficiencia. ¿Por qué es importante?:
· Efecto ganar-ganar: realizar esfuerzos que lleven a la sostenibilidad conlleva evaluar iniciativas que generen beneficios ambientales, pero que al mismo tiempo mejoren la productividad operacional. Los Chief Financial Officers son actores ideales para llevar a cabo dichas tareas, lo cual significa consolidar centros de estadísticas que permitan reducir costos y lograr beneficios ambientales a largo plazo.
· Ventaja competitiva: existe una creciente presión por parte de los inversionistas para que las compañías generen un impacto ambiental cuantificable y produzcan un retorno de inversión; ya sea, por ejemplo, monitoreando y gestionando métricas de sostenibilidad tales como la emisión de gases de efecto invernadero o cómo usan el agua. Empresas como el banco Barclays, HSBC o KPMG, entre otras, buscar convertirse en cero emisoras de carbono.
· Investigación: los CFOs son los encargados capaces de proveer un análisis relacionado a las regulaciones ambientales, así como a su gobernanza social y corporativa, hechos que cobran importancia para los inversionistas, gobiernos y clientes. Estos últimos cada vez muestran más interés en cómo las organizaciones manejan los riegos.
· Desarrollo de talento: la sostenibilidad se vuelve un elemento crucial para generar engagement por parte de las mujeres y los Millennials, quienes crecieron con el concepto de “Responsabilidad Social Corporativa”. A medida que las empresas integran el tema en su modelo de negocio, aumentan sus posibilidades de atraer y retener al talento clave, lo cual a su vez mejora la competitividad y la capacidad de innovar.
Considera que los clientes esperan que las compañías integren la sostenibilidad como un estándar, reflejado en productos seguros y amigables con el medio ambiente, así como condiciones de trabajo óptimas para los empleados.
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