Por Redacción
Entrevista exclusiva a Jorge Soto Moreno, Cofundador de Miroculus, empresa dedicada a la detección temprana del cáncer, nos habla de la necesidad y la posibilidad de implementar opciones tecnologías con impacto y con sentido social.
El también ex Director General Adjunto de Innovación Cívica y Coordinación de Estrategia Digital Nacional y ganador del Honor Civic Award, distinción entregada por la Cámara de Demócratas de los Estados Unidos, se ha interesado desde hace un par de años por el desarrollo de tecnología para ayudar en temas relacionados con la salud, además de plataformas y programas que estimulen la participación ciudadana a través de herramientas que ayuden a la comunicación entre ciudadanos y gobiernos, tal es el caso de CitiVox y cuidemoselvoto.org.
¿Cómo definirías una tecnología con sentido y con servicio social?
Como una herramienta que está ahí para resolver problemas, ya sean de mercado, sociedad o gobierno, lo importante es encontrar realmente que ésta resuelva alguna problemática en particular, y si logra resolverla mayor será el impacto que podrá tener. Así como las necesidades del mercado crean empresas, las necesidades de la sociedad o del gobierno requieren de plataformas que permitan atenderlas.
¿Por qué seguir un modelo de esta naturaleza, particularmente en nuestro país?
Aquí nos encontramos ante una tendencia a nivel mundial, es decir, este tipo de plataformas operan en la actualidad en 12 países; estamos resolviendo una necesidad para sellar la ruptura de comunicación que existe entre la sociedad y los gobernantes; por un lado tenemos a los ciudadanos que ya están empoderados por sí solos, gracias al apoyo de las nuevas herramientas tecnológicas y por otro tenemos a un gobierno que todavía presenta ciertos atrasos para poder comunicarse con ellos a través de esos mismos canales. Es decir, tenemos ciudadanos del siglo XXI y gobiernos del siglo XX, lo que estamos intentando es ofrecer una herramienta que permita consolidar ese lazo, integrar información sobre las inquietudes de los ciudadanos y poderlas canalizar con las instituciones correspondientes.
En tu experiencia, ¿es posible combinar sentido económico y social en proyectos de esta naturaleza?
Creo que un proyecto con sentido social si no es capitalizable no es sustentable, entonces desde el primer día hay que buscar la manera de hacerlo económicamente rentable. Si no tienes un mercado definido, una necesidad que atender, un producto atractivo al cual la gente pueda invertirle su atención, tiempo y dinero, no tiene sentido.
Hablando de gobierno, empresarios y sociedad ¿Cómo definirías el interés que existe en este tipo de proyectos?
Cada vez más el gobierno se da cuenta que los ciudadanos evolucionaron muy rápido junto con la tecnología, haciendo que nos comuniquemos de manera horizontal, por lo que está tratando de entender y de aprovechar dichas herramientas más allá de conectar personas. El reto es, qué hacemos con la tecnología y cómo ésta tiene impacto económico, en la salud, prevención, seguridad y en la misma transformación del gobierno. Este mismo esquema de comunicación con la comunidad puede ser implementado inclusive por organismos privados a través de sus departamentos de Responsabilidad Social, para conocer el impacto que están teniendo en su entorno inmediato.
¿Cuál debe ser el rol de la generación del milenio en cuanto a compromiso social, ciudadano y su relación con las tecnologías de información?
Dejar de pensar que ser ciudadano es salir a votar cada determinado tiempo, involucrarse en políticas, estar al pendiente de lo que está sucediendo y no continuar siendo ciudadanos pasivos; además de exigir, estar informados y no esperar que el gobierno va resolver todos los problemas, ya que éste es sólo un jugador más en el ecosistema político.
¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías, particularmente las redes sociales, en la construcción de una ciudadanía más participativa?
Lo que han hecho es que el ciudadano esté mejor informado y con ello viene un incremento en las expectativas, de que no haya divisiones políticas con sentido partidista, sino intereses colectivos en temas como: seguridad, educación, salud. Haciendo que la exigencia de resultados sea más grande, ponerse a la misma altura, al final la tecnología no es la solución si no cómo usamos esas herramientas es lo que realmente marca la diferencia. La tecnología es lo que cambia y la sociedad se adapta a esos cambios.