Por Xavier Vilchis
Los factores que pueden provocar pérdida de información son varios, uno de ellos es el cibercrimen, es por esto que las empresas deben estar preparadas y contar con un plan de acción en caso de ser víctimas.
¿Acostumbras revisar tu correo electrónico y leer periódicos en línea, consultas tuits de los protagonistas de cada noticia, mientras en otro cuarto de la casa tus hijos chatean, revisan la cartelera o ven películas directamente desde sus dispositivos móviles? Si es así, los grandes flujos de datos (Big Data) generados a partir de sus compras, consultas y comportamiento virtual en general no se pierden en la red, sino que son utilizados por grandes empresas de todos los giros.
Esto se debe a que actualmente, la información fluye de forma directa entre los usuarios de la red y las compañías interesadas en conocer los gustos y necesidades de sus clientes. Este proceso de análisis de datos (data & analytics) es una herramienta que ofrece grandes posibilidades a las empresas porque permite ver directamente qué esperan los consumidores para reforzar determinadas estrategias y productos, sin embargo es importante que estos datos sean cuidados.
Resguardo de información: clave para aprovechar el Big Data
La información de los clientes con la que cuentan las empresas debe ser protegida con medidas específicas para evitar fugas y mal uso de la información. Como parte de la agenda del consejo de administración de cualquier organización, la ciberseguridad debe tener un papel preponderante si es que deseamos evitar riesgos graves como una demanda interpuesta por un tercero, cuya información confidencial haya sido divulgada o incluso vulnerada por la misma empresa.
La ciberseguridad enfrenta un caso especial de riesgo, ha tomado un nuevo y gran valor ante la creciente dependencia tecnológica y el contenido estratégico que se encuentra en las redes.
Los graves ataques informáticos que han sufrido algunas empresas, han ocasionado daños económicamente incalculables, relacionados también con su reputación y credibilidad.
El cuidado tiene que extremarse debido al avance de la tecnología, no cerrándonos sino dando pasos en conjunto a una estrategia para el logro de objetivos, así como para el procesamiento de grandes volúmenes de información y finalmente el análisis e interpretación de ésta, que deberá ser entregada de manera oportuna, sirviendo para hacer proyecciones atinadas, valorar ofertas y en definitiva, para tomar decisiones en tiempo real con valor a largo plazo.
Los altos directivos deben asegurarse que su organización tenga un adecuado enfoque con respecto a la seguridad cibernética, desarrollando las siguientes seis dimensiones o capacidades:
Un plan de acción para evitar riesgos
Como con cualquier enfermedad, lo primero que tenemos que hacer para evitar ser víctimas del cibercrimen, es diagnosticar qué nivel de dependencia tecnológica tenemos como empresa. Una vez que contemos con un punto de perspectiva que nos permita tomar una decisión que aporte valor a la organización, analizaremos los procesos críticos que involucran información potencialmente riesgosa para diseñar un plan de contingencia en caso de pérdida o fuga de datos.
Un plan de esta naturaleza debe estar documentado de tal manera que se garantice la correcta acción en caso de problemas. Asimismo, debemos realizar protocolos de verificación o simulacros que lo lleven a la práctica, para actualizar las estrategias constantemente y no perder el paso ante este tipo de criminales.
Los riesgos de la seguridad cibernética son un dolor de cabeza crónico, sobre todo para las empresas que cuentan con información de terceros. Sólo la cultura de prevención nos permitirá minimizarlos y crecer de manera sostenida, al tiempo que contamos con el valioso punto de vista de nuestros clientes y grupos de interés respecto a nuestros productos y mensajes clave.