EN LA OPINIÓN DE… EVOLUCIÓN EMPRESARIAL: INNOVACIÓN COMO PRÁCTICA DE NEGOCIO
El ritmo de cambio es lo que hace que las empresas decidan evolucionar; hace que expandan su mercado, generen mejores resultados e innoven en su sector. Entrevistamos a tres CEOs que nos recomiendan cómo estar en constante crecimiento y cuáles son los beneficios de hacerlo.
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EN LA OPINIÓN DE…
GUILLERMO M. GALLARDO HEREDIA
CEO Inmega
Empresa dedicada a estudios de mercado
Candidato a ser emprendedor Endeavour
“Lo importante del cambio es que haya una visión de ese futuro que quieres construir, al que te quieres adaptar o del que quieres ser parte.”
¿Cómo defines el tema de evolución empresarial?
La primer palabra que se me viene a la mente es cambio, esto es sincronizarse con el entorno. La evolución implica entender el medio para poderse modificar. Las empresas tienen varios futuros posibles y deben de apostarle a una visión de largo plazo para crearla o hacerla realidad, esa es la evolución. Puedes apostar que un sector puede crecer de cierta manera o va a necesitar algunas cosas, es ahí donde te adaptas a ellos y puedes proponer una solución al mercado.
En tu experiencia, ¿qué debe hacer una empresa para no estancarse y siempre estar evolucionando?
El papel del Director es importante, debe escuchar, ver y entender su mercado actual y potencial, guiando al negocio y a su equipo para que se pongan en sincronía con el mercado. Él es el primer promotor de que la empresa vea hacia fuera y esté sincronizada con el target; es el cerebro que hace que los sentidos estén alerta y toma el papel de “multiplicador” de la inteligencia de su equipo para que entienda el mercado.
¿Qué consideras mejor: el cambio radical o el gradual?
Si tu entorno no cambia, la innovación gradual será un cambio continuo, pero a veces tu mercado cambia drásticamente, como fue en el caso de las Torres Gemelas, entonces tienes que adaptarte rápidamente. Lo importante del cambio es que haya una visión de ese futuro que quieres construir, al que te quieres adaptar o del que quieres ser parte. Si tú quieres cambiar muy rápido, pero tu entorno no lo hace, muy posiblemente le vas a ofrecer algo al mercado de lo que todavía no está listo, pero si eres el último en adaptarte, vas a llegar tarde.
¿Cómo lograr que la evolución sea de manera proactiva y positiva?
Aceptando una realidad que a veces nos duele, debes de estar dispuesto a aceptar el error. Cuando incentivas a tu empresa con el uso de la creatividad y se admite que puede haber errores, es cuando estos se convierten en ventanas de aprendizaje.
¿Quién establece el ritmo de cambio, la empresa o el mercado? y ¿en qué momento?
La empresa plantea diferentes formas para llenar las necesidades de los clientes. Normalmente el mercado es el que marca el cambio, pero la empresa también puede proponer uno. En un mercado convive el pasado, presente y futuro de los productos o servicios ofrecidos. Por ejemplo, en algunas ciudades encuentras el refresco embotellado y en otras en las que el refresco está declinando. Aquí es donde te preguntas: “¿a qué parte del mercado te quieres inclinar o con cuál sincronizar?”, “¿quieres ser el que construye el futuro?”, aunque a veces ser el primero no significa que es el que se va a llevar todo. Tenemos que sincronizarnos con el mercado y formarles un camino hacia el futuro.
¿Es difícil retomar el camino cuando el cambio no se hizo a tiempo? y ¿de qué depende?
Mientras que el flujo te lo permita siempre hay una segunda oportunidad, que hasta de un error puede surgir. No hay que lamentarse de la equivocación, hay que definir la visión, entender qué falló entre tu objetivo y lo que no hiciste, así siempre tendrás manera de volver. Depende más de la actitud que de la capacidad en un equipo, si tienes actitud consigues las personas correctas; si tienes una visión de algo que va a ser rentable consigues el dinero; si tienes la disposición de trabajar lo puedes construir. También debes tener muy claro el conocimiento de tus limitaciones y la humildad para aceptar los errores.
EN LA OPINIÓN DE…
FELIPE FLORES GARCÍA
CEO FORM
Empresa dedicada a empaques y embalajes ecológicos
Candidato a ser emprendedor Endeavour
“Todo el tiempo cuestionarse y ver qué hacen los demás, no solamente los de tu industria. Nunca estar cómodo ni conforme y estar siempre fuera de la zona de confort, pensando que nunca has llegado a la meta.”
¿Cómo defines el tema de evolución empresarial?
La capacidad que tenga la empresa para reaccionar, visualizar, es decir, de poder responder o anticiparse a lo que se ve afuera y no sólo es eso, sino tener la opción de ejecutar hacia adentro para permanecer y crecer.
En tu experiencia, ¿qué debe hacer una empresa para no estancarse y siempre estar evolucionando?
Todo el tiempo cuestionarse y ver qué hacen los demás, no solamente los de tu industria. Nunca estar cómodo ni conforme y estar siempre fuera de la zona de confort, pensando que nunca has llegado a la meta. Desde el punto de vista empresarial el cuestionamiento debe ser permanente: “¿es la mejor forma?”, “¿lo puedo hacer mejor?”, “¿es lo que debo hacer?” y “¿cómo lo debo hacer?” Eso te ayuda para estar en una permanente actitud de reacción y adaptación.
¿Qué consideras mejor: el cambio radical o el gradual?
Dependiendo sobre el asunto en el que se está trabajando. Por ejemplo, es un cambio radical si sé que hay algo que pone en riesgo la relación con los clientes; puede ser de diseño, material, tiempos de respuesta y entrega, cosas en las que puedo reaccionar rápido no tendría por qué ser gradual, mucho menos si ponen en riesgo mi relación comercial. En la relación con los empleados, los cambios también pueden ser radicales si se tiene una buena comunicación. Los cambios graduales se hacen en función de las posibilidades, generalmente cuando se busca mejorar es una evolución lenta porque se tiene que hacer de fondo, permear con la gente y asimilar como empresa, ya que tienes que ajustar procesos administrativos.
¿Cómo lograr que la evolución sea de manera proactiva y positiva?
Tienes que alinear los incentivos, todos los cambios tienen que ser mejor pero no para el dueño, sino para los empleados, clientes y proveedores también. Si haces un cambio tiene que ser un “ganar” en todas las direcciones, sino vas a obtener resistencias. En medida en que los cambios beneficien a todo el círculo que hace posible el negocio y que entiendan el porqué, entonces será mucho más fácil un cambio positivo.
¿Quién establece el ritmo de cambio, la empresa o el mercado? y ¿en qué momento?
El nicho pone oportunidades, obstáculos y riesgos, pero es la decisión de las empresas si los asume y cómo lo hace. De manera que la posibilidad de evolucionar está afuera, pero como organización la tienes que hacer propia. Entonces las ventanas de crecimiento las establece el mercado, pero la velocidad, la disposición de aceptación del riesgo y el ritmo depende de las empresas.
¿Es difícil retomar el camino cuando el cambio no se hizo a tiempo? y ¿de qué depende?
Siempre hay alguien que necesita un producto o servicio, y tu empresa pueden llenar ese hueco o ser mejor que otros para tener todo el negocio. Siempre existe la posibilidad de reaccionar y retomar el camino, cuando dejas de tener esas oportunidades, fue porque el error fue mayúsculo y saliste del mercado. La posibilidad de retorno es posible cuando se tiene un staf que permite trabajar y reaccionar rápido; eso se logra teniendo buena comunicación, clima laboral e ingresos positivos para que respondan con el cambio. Debes tener un ambiente en el cual si a los empleados se les pide dar un extra, entiendan que vale la pena porque el beneficio también es para ellos.
EN LA OPINIÓN DE…
FEDERICO GARCÍA IZA
CEO de IZA Business Centers
Empresa dedicada a la renta de espacios para oficina
“Soy más partidario de los cambios graduales, pienso que el planear, ejecutar, prever, anticiparse y luego implementar es mucho más saludable que los cambios de timón radicales.”
¿Cómo defines el tema de evolución empresarial?
El que no avanza retrocede. La evolución es la única constante; a lo mejor son frases trilladas pero por algo tienen esa sabiduría universal. Definitivamente no hay modelo de negocio que se mantenga estable en el tiempo, es por eso que la evolución empresarial se debe de hacer en cualquier compañía exitosa.
En tu experiencia, ¿qué debe hacer una empresa para no estancarse y siempre estar evolucionando?
Esto lo aprendí por el Ex Rector del Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel. Él dejaba parte del trabajo a su equipo, con el cual tenía toda la confianza y estaba bien capacitado para estar en contacto con sus clientes finales. Todo el tiempo levantaba información de primera mano desde los alumnos hasta el director, realizaba un proceso de comunicación sin intermediarios. Así que considero esta una muy buena práctica, estar cerca del mercado.
¿Qué consideras mejor: el cambio radical o el gradual?
Soy más partidario de los cambios graduales, pienso que el planear, ejecutar, prever, anticiparse y luego implementar es mucho más saludable que los cambios de timón radicales. Hacer un proceso poco a poco es relativo, no significa que se va a lograr a lo largo de 200 años, pero tampoco que será en 20 minutos. Hay que hacer un cambio basado en un plan, tomándonos el mejor tiempo posible, pero empezando actuar desde ya, pero no abruptamente.
¿Cómo lograr que la evolución sea de manera proactiva y positiva?
Es parte de los grandes retos de cualquier liderazgo directivo, el imprimir esa necesidad en todo el equipo para no caer en la zona de confort, para saber que más allá de eso hay buenos y mejores beneficios y para ello, hay que cuestionarse y romper paradigmas. A veces se prefiere predicar con el ejemplo, pero el expresarlo funciona, el ejemplo arrastra pero también las palabras de forma directa, clara y contundente ayuda mucho. Otra forma es estar pendiente de los benchmarks, que es el analizar los casos de éxito de las empresas similares a la tuya y optar por sus prácticas.
¿Quién establece el ritmo de cambio, la empresa o el mercado? y ¿en qué momento?
Si esperas a que el mercado lo pida a gritos, ya te tardaste. Entonces es muy sutil el tiempo en que puedes adelantarte y ofrecer al mercado un producto o servicio que este fuera de su tiempo, a esperarte a que tu target lo pida a gritos y arriesgarte a que tu competencia ya lo esté satisfaciendo. Así que ellos empiezan a anunciar sus necesidades, pero es la empresa la que lo implementa.
¿Es difícil retomar el camino cuando el cambio no se hizo a tiempo? y ¿de qué depende?
Hay un dicho que cita que es más difícil revivir a un muerto que dar a luz a un niño. Muchas veces cuando llegas tarde a este cambio, es muy posible que ya no vayas a tener presencia en tu nicho. Es por eso que hay que adelantarse, escuchar al mercado, prever e incluir dentro del ADN de los valores de la compañía la constante que es el cambio. Aquí no es previenes o lamentas, no existe el previenes o corriges.