08/12/2015 | Por Noticias TNE
Huellas dactilares, lectores de iris y reconocimiento facial son las nuevas llaves para resguardar tus datos.
Si eres de los que no son capaces de recordar sus contraseñas y por ello optas por tener la misma en todas tus cuentas aunque te haga vulnerable de los hackers, la solución está por llegar: los passwords podrían tener sus días contados.
La seguridad biométrica es el futuro de las claves de seguridad. Así como el iPhone 5s remplazó el código de acceso por la huella digital, más dispositivos se sumarán a esta estrategia en la que la forma del rostro, el iris, el ritmo cardiaco y hasta los patrones cerebrales serán las nuevas llaves para resguardar tus datos.
“El sistema de contraseñas está severamente fracturado”, afirmó Thomas Keenan, profesor y experto en biometría de la Universidad de Calgary.
“Hemos confiado en ellas por más de 40 años, pero ahora la gente está obligada a tener muchas y cada vez más complejas, haciendo imposible el poder recordarlas todas. En cambio, no vamos a olvidar una parte del cuerpo y es mucho más difícil duplicarla o robarla”.
De acuerdo a Biometrics Research Group para fin de año más de 650 millones de personas estarán usando passwords biométricos en sus dispositivos móviles.
La lectura de huellas digitales es lo que hasta la fecha es más utilizada, pero muchas compañías ya están experimentando con el reconocimiento facial y el escaneo del iris.
Sin embargo, otros expertos afirman que los datos biométricos no serán 100% seguros, éstos también serán vulnerables a ser mal utilizados.
“Las violaciones de datos son muy comunes. Si la información biométrica se almacena en una escala masiva puede ser hackeada o robada provocando que se pierda el control de la misma”, advierte Jennifer Lynch, abogada senior de la Electronic Frontier Foundation, un grupo defensor de los derechos digitales.
La experta señala que la pérdida de datos biométricos puede ser incluso más grave que perder una contraseña, pues mientras que ésta se puede cambiar, la huella dactilar o el iris no.
A pesar de los riesgos, el reconocimiento facial va a la alza y ya se está utilizando a modo de prueba en algunos aeropuertos de Estados Unidos para evitar que los pasajeros transiten con documentos falsos: la persona se acerca a una máquina, similar a un cajero automático y la pantalla la va guiando para concluir su trámite, desde pasar el pasaporte por el lector, comprobación de sus datos personales hasta posar frente a la cámara para que finalmente se valide la identidad.