11/12/2015 | Por Redacción TNE
Este sitio ha inspirado a compositores gracias a los sonidos que producen las olas que rompen en su interior.
Escocia es un país que se caracteriza por sus castillos y lugares naturales que parecen haber salido de un libro de cuentos medievales. Un ejemplo es la Gruta de Fingal, ubicada en el islote de Staffa, en el archipiélago de las Hébridas interiores.
Este singular atractivo turístico, que toma su nombre de Fingal, un héroe de la poesía épica de Irlandia, cuenta con techos en forma de arcos naturalmente constituidos que sirven para crear una acústica similar a la de una iglesia cada vez que las olas rompen en su interior; el nombre gaélico de este lugar es “Uamh-Binn”, que significa “gruta de la melodía”.
La Gruta del Fingal fue descubierta en el siglo 18 por el explorador Joseph Banks en 1772. Las características que más llaman la atención son sus columnas de forma muy regular que dan la impresión de haber sido labradas a mano, sin embargo éstas se formaron tras un largo proceso de cristalización de la lava volcánica. El salón principal de ésta tiene una extensión de 75 por 20 metros y su altura alcanza los 14 metros.
Los turistas que desean conocer la zona deben tomar un barco para llegar a ella y poder recorrer el islote que apenas tiene un kilómetro de largo así como explorar el interior de la caverna para escuchar los sonidos que ahí se producen. El compositor Félix Mendelssohn compuso en 1830 la Obertura Las Hébridas inspirado en esta gruta.
Además de la Cueva de Fingal, el islote cuenta con otras pequeñas cavernas que también pueden ser visitadas. Un plus del recorrido es poder apreciar diferentes variedades de focas y aves que habitan en el área.