Para conocer esta ciudad de la antigüedad a profundidad, deberás reservar entre cuatro y seis días, especialmente si quieres “viajar en el tiempo”.
Por Redacción TNE
Considerada con frecuencia como la octava maravilla del mundo antiguo, Petra es un invaluable tesoro para Jordania. “Es uno de los remanentes más elegantes de la antigüedad”1, así lo escribió en 1812 en su diario el explorador suizo Jean Louis Burckhardt, el primero extranjero en ingresar al lugar después de 600 años. A pesar de ser conocida para las tribus beduinas, éstas se mostraban renuentes para revelar su ubicación por temor a que fuera saqueada por los cazadores de tesoros.
Petra se localiza entre el Mar Rojo y el Mar Muerto, una parte está tallada en la piedra y la otra construida en medio de montañas y acantilados, donde se dice que ni siquiera la luz del sol pueda entrar. La urbe de origen nabateo estuvo habitada desde tiempos prehistóricos y fue un punto de conexión comercial entre Arabia, Egipto, Siria y Fenicia, además de ser un puente para las rutas de la Seda, de las Especias y otras tantas que comunicaban con Grecia y Roma.
La ciudad se localiza a tres horas de carretera desde Amán y a dos horas del Mar Rojo Fue fundada hacia finales del siglo VIII a.C. por los edomitas y ocupada doscientos años después por los nabateos quienes lograron hacerla prosperar al posicionarla como un punto de encuentro entre las rutas comerciales antes mencionadas. No obstante, éstas últimas cambiaron con el transcurrir de los años y Petra quedó en el olvido, incluso por sus propios habitantes quienes se vieron obligados a abandonarla. Fue redescubierta hasta 1812 por Burckhardt.
El ingreso al lugar se hace a través del Siq, un cañón angosto extendido alrededor de mil metros de longitud y cobijado por acantilados de alrededor de 80 m de altura y lo primero con lo que te encontrarás al finalizar el recorrido es Al-Khazne, también conocido como el Templo de los Leones Alados o el Tesoro. La imagen es imponente, porque es una fachada tallada en la piedra; construida en siglo primero, es la tumba de un antiguo rey nabateo. La estructura sólo demuestra la gran capacidad de ingeniería de aquellos tiempos y provoca una pregunta en el visitante: ¿cómo lo hicieron?
Dentro del lugar se encuentran el Museo Arqueológico de Petra y el Museo Nabateo de Petra; ambos albergan piezas históricas de la región que permiten conocer el glorioso pasado de la ciudad.
En la cima del monte Aarón, ubicado en la zona de Sharah, se encuentra un santuario que data del siglo XIII, construido por el sultán mameluco Al Nasir Mohammad con el fin de conmemorar la muerte de Aarón, hermano de Moisés. En el interior podrás encontrarte con artesanos de la localidad quienes venden joyas beduinas y botellas con arena de colores de la región.
Si buscas una aventura al más puro estilo de las “noches de Arabia”, debes saber que no se permite el ingreso de vehículos motorizados al lugar. Por lo tanto, si no está en tus planes andar a pie, puedes rentar un camello o cabello para recorrer el Siq. Aunque la mejor manera de realizar los recorridos es caminando.
Sin embargo los mayores de edad o las personas con alguna discapacidad pueden recibir un permiso especial (con cargo adicional) a fin de ser transportada a Petra, una vez adentro, puede alquilar un cabello o burro; en todo momento estarán acompañados por un cuidador.
Los mejores horarios para visitar Petra, especialmente si se pretenden capturar las mejores fotos, son durante las primeras horas de la mañana o al finalizar la tarde, cuando los rayos solares permiten destacar el color de las piedras.
1 Lonely Planet
Con información de Visit Jorgan.
Te puede interesar también: