El gobierno austriaco presenta proyecto de ley que obligaría a usuarios de páginas de internet a utilizar nombres reales y proporcionar su dirección de domicilio. ¿Es conveniente que México haga algo similar?
El año pasado Facebook dio a conocer las acciones tomadas para eliminar las cuentas apócrifas y el contenido ofensivo que se publica en dicha red social. Asimismo, reveló que se suprimieron 837 millones de mensajes de spam y 583 millones de perfiles falsos, entre otras medidas.
Distinguir entre un perfil auténtico y uno simulado no es tan simple, a esto se le suma que es mayor la posibilidad de compartir publicaciones que atenten contra la libre expresión o incluso la seguridad de las personas. En consecuencia, para individuos o grupos de interés resulta más sencillo esconderse y realizar campañas negativas contra compañías o gobiernos, además de otras instituciones.
Ante la amenaza que representan los comentarios online, los cuales han llevado a distintas personalidades a cerrar sus perfiles, el gobierno de Austria busca implementar acciones concretas que contribuyan a combatir dicha problemática.
Por ello, presentó un proyecto de ley que prohíba dejar comentarios de manera anónima en los sitios de internet, la cual obligaría a los usuarios a darse de alta con sus nombres y direcciones reales. Esto con la intención de generar un sentido de rendición de cuentas ante lo que digan mientras navegan en la red. Si bien los internautas pueden utilizar apodos, estos quedan registrados y en caso de cualquier incidente permiten rastrear a los titulares del mismo.
A pesar de lo anterior, la ley genera controversia, debido a que sólo aplicaría a páginas web con más de 100 mil usuarios registrados o que generen ganancias por arriba de los 500 mil euros anuales o reciban subsidios de prensa por encima de los 50 mil euros. Las empresas que no se integren al marco normativo serían acreedoras de multas de 500 mil euros.
Quienes quedarían exentas de dicha ley son las plataformas de e-Commerce y todas aquellas páginas que no generen ganancias derivadas del contenido y de la publicidad.
Igualmente, grupos de odio minoritarios, por ejemplo, que no tienen una gran base de seguidores pueden aprovecharse de ese vacío en la ley. Incluso los partidos políticos podrían ser afectados, dada la intensidad que producen los debates sobre diversas temáticas que impactan en la sociedad. Además esto podría resultar en una caída de la participación ciudadana, dado el temor de querer compartir una opinión y que las personas se sientan vigiladas.
Aunado a esta problemática, se encuentra la cuestión de la privacidad, pues la información de los domicilios queda en riesgo ante los ataques de hackers, lo que deja vulnerables a las personas que se registren en los sitios.
¿Y en suelo azteca?
En México existen alrededor de 85 millones de usuarios de internet y se han detectado 20 millones de cuentas falsas o duplicadas, de las cuales ocho millones tienen como objetivo posicionar temas de la agenda pública y el 27% de estas son bots o trolls. ¿Es momento de considerar una ley similar a la que propone Austria, especialmente en un país polarizado donde está en juego la libertad de expresión?
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