La Ley Federal de Telecomunicaciones no cuenta con los lineamientos que regulen los servicios por parte de los proveedores.
19/12/17 | Por Noticias TNE
El pasado 14 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos votó a favor de la anulación de la neutralidad de la red, la cual fue aprobada en 2015 por el entonces presidente, Barack Obama. Dicha norma impedía a los proveedores de internet bloquear o ralentizar el tráfico de las páginas web a discreción propia.
Lo anterior podría tener consecuencias relevantes a nivel internacional. Sin embargo, empresas tecnológicas y diversos actores darán batalla para llevar el caso a los tribunales del Congreso con la intención de dar revés a la medida tomada por la administración encabezada por Donald Trump.
Como resultado de la eliminación de la neutralidad de la red, los proveedores de servicios como AT&T o Verizon, entre otros, contarán con la posibilidad de modificar sus paquetes, ofreciendo una variedad similar a los sistemas de televisión por cable, que van desde el más básico hasta el más completo, donde con este último podrías navegar a una mejor velocidad, ver películas y jugar online, por un precio más alto.
¿Qué ocurre en México?
Primero, los lineamientos que debieran existir a fin de regular la neutralidad de la red no existen, llevan más tres años de retraso. La Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión define que los usuarios podrán acceder a cualquier contenido, aplicación o servicio autorizado para su comercialización, dentro de un marco que no limite, restringa o discrimine el acceso.
De acuerdo a lo anterior, por un lado debe existir neutralidad de la red, pero también contar con lineamientos generales bajo los cuales quedan sujetas las acciones de los proveedores. Prácticas como la “tasa cero” que ofrecen las telefónicas con redes sociales ilimitadas atentan contra la neutralidad de la red.
En segundo lugar, quizá no se noten en un principio las afectaciones y los usuarios continuarán usando sus redes sociales, ingresando a sus sitios de internet predilectos o incluso disfrutar de los servicios de streaming como Netflix. No obstante, esto cambiará —al menos mientras Donald Trump esté en la presidencia de los Estados Unidos— porque la red ahora es privada y si queremos hacer uso de ella tendremos que desembolsar más dinero, más allá de la tarifa mensual por la contratación del servicio.
Derivado de esto, podrían limitarse los datos de navegación y la trasmisión de contenidos de pronto se vería interrumpida por un mensaje anunciando el fin de tu plan de datos, por lo que tendrías que pagar más para continuar disfrutando de la programación. Incluso los correos electrónicos, al adjuntar archivos pesados, podrían sufrir las consecuencias. ¿Te imaginas pagar más por enviar ciertos documentos?
Las empresas proveedoras tendrían la facilidad para ofrecer paquetes a conveniencia y cobrar lo que mejor les parezca. La situación es preocupante cuando el Internet es considerado un derecho fundamental de los seres humanos, sobre todo cuando se trata de medios de información y sitios académicos, aunque las plataformas de streaming no sean bienes básicos.
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