Las organizaciones enfrentan temores legítimos al implementar esta tecnología, pero deben vencerlos para ser más eficientes y productivas.
Las tecnologías exponenciales cada vez irrumpen más en las organizaciones, mientras algunas ya las están implementado, otras contemplan hacerlo. Sin embargo, a pesar de la promesa que presentan, en este caso existen barreras en las empresas que impiden adoptar de una vez por todas a la inteligencia artificial (IA).
Se estima que para el 2025, el software basado en IA genere ganancias que alcancen los 126 mil millones de dólares, en comparación a los 10.1 mil millones de USD que logró en 20181. El potencial de esta tecnología ya sea en términos de robótica, machine learning o cualquier otra forma de aplicación, es enorme. No obstante, existen barreras que impiden una mayor adopción en las organizaciones y que, al tenerlas en cuenta, son más fáciles de tener en mente para derribarlas.
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Al tiempo en que hay las ganas de implementar la IA en los procesos de la organización, es normal que existan preocupaciones sobre qué puede salir mal o si los resultados no son los esperados. ¿Cuáles son algunos de estos obstáculos?
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Miedo a la inteligencia artificial
Uno de los principales temores que existen hacia la IA es el hecho de que reemplazará a los colaboradores de forma masiva; sin embargo, no es así, más bien permitirá que ellos puedan enfocarse en tareas de mayor valor, al tiempo en que desarrollan nuevas habilidades para crecer en sus carreras profesionales.
Hoy en día es realmente complicado para los mandos medios y de alto rango gestionar grandes cantidades de peticiones y documentos. Con la automatización, los sistemas se encargan de llevar a cabo actividades repetitivas, pero además tienen el potencial de procesar grandes cantidades de información para presentar insights que contribuyan a mejorar la toma de decisiones en las empresas.
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Una cultura organizacional muy arraigada
La resistencia al cambio es otro factor que juega en contra de la adopción de la inteligencia artificial. Esto se da sobre todo cuando en la empresa están acostumbrados a hacer las cosas de cierta manera y hay renuencia a integrar tecnologías que incluso ayudarán a mejorar la eficiencia y a reducir costos.
En este caso, es importante evangelizar acerca del impacto que tendrá la IA en la organización, lo cual implica elevar el nivel de consciencia sobre esta tecnología con la intención de lograr que las personas estén más receptivas con los resultados que puede ofrecer la inteligencia artificial y de paso generar más engagement entre los miembros de la organización.
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Carecer el know-how
Administrar de forma adecuada un sistema de IA implica contar con expertos en ciencia de datos que se sepan transformarlos en información valiosa para generarle valor a la empresa. Si no se cuenta con el personal capacitado para lograr lo anterior, la situación puede convertirse en un cuello de botella.
No obstante, esto en ningún momento debe ser un impedimento, porque con suma facilidad las compañías pueden apoyarse en consultorías o incluso recurrir a un servicio de outsourcing para recibir la asesoría adecuada.
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Falta una estrategia enfocada en la adopción de la IA
De alguna manera los puntos antes mencionados entran en esta categoría, lo que se traduce en iniciativas con mala planeación, que no atienden los objetivos del negocio y de plano no encajan con los planes de crecimiento y desarrollo de la empresa.
Las organizaciones pueden estar conscientes de la importancia e impacto de la inteligencia artificial y de las ventajas que presenta. Sin embargo, caen en el error de no tener una postura estratégica con base en comprender lo que se quiere conseguir con esta tecnología y entender en cómo los insights se ponen en funcionamiento para generar valor.
Por lo tanto, es fundamental tener claro cuáles son los beneficios que aportará la IA de acuerdo con las metas trazadas. De esta manera, se podrán enfocar los recursos y el tiempo para implementar iniciativas que integren esta tecnología, siempre y cuando esté claro cuál será el escenario de éxito e incluso tener en mente qué puede pasar si se falla.
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Las barreras para adoptar la inteligencia artificial deben fungir como catalizadores que contribuyan a implementar esta tecnología. Esto se tiene que hacer a conciencia para que los resultados sean más efectivos y que todos en la organización tengan claro que es en beneficio para lograr mayor eficiencia y productividad.
Referencias: 1Tractica