12/11/16 | Por Noticias TNE
Se estima que para el año 2050 la población arriba de 65 años alcanzará la cifra de 1.6 mil millones de habitantes, ¿quién cuidará de ellos?
Imagina por un momento que estás en tu casa, de pronto caes y pierdes el conocimiento. Un perro se acerca a ti para verificar que todo esté bien; cuando se da cuenta que algo anda mal envía la señal para recibir ayuda. Sí, porque es un can autómata.
MiRo, como se le llama, es un robot de compañía que se encuentra en desarrollo el cual se pretende trabaje con tecnología de reconocimiento facial para facilitar la vida de su dueño recordándole tomarse la medicina, los nombres de los visitantes o preguntándole si se encuentran bien.
“Tratará de hablar contigo”, dice Sebastian Conran, CEO de Consequential Robotics. “Después enviará una señal al hub diciendo que aparentemente hay un problema, luego éste transmitirá a través del home speaker para preguntar de nuevo si todo está bien y pedirá que te des una palmada en la muñeca”.
El sistema depende, entre otras cosas, de un brazalete que monitorea los signos vitales del portador las 24 horas del día. Si el usuario da el manotazo, el proceso se detiene, quedando registrado.
De lo contrario, el sistema alertará a un cuidador quien podrá ver el ritmo cardíaco y la temperatura corporal; además, podrá apoyarse en el sistema de circuito cerrado para ver qué fue lo que ocurrió y así el servicio de ambulancia cuente con información oportuna para saber cómo proceder.
Claro está, lo anterior depende de un sistema integral que incluye al robot, la pulsera, el hub de datos y cámaras de vigilancia.
Además de MiRo, existen otros desarrollos que pronto podrían ver la luz. En Japón, donde el 26% de la población está por encima de los 65 años de edad, el Dr. Toshiharu Mukai, de la Universidad de Meijo trabaja en un robot capaz de levantar a los pacientes de sus camas y ponerlos en una silla de ruedas. Su nombre es Robobear y, de tener éxito, podría realizar una tarea que normalmente requiere de varias personas.
Lo anterior representa una visión que apenas comienza a tomar forma, pero llega en un momento en el que la población del adulto mayor aumenta y los recursos públicos para atenderla disminuyen. Los cuestionamientos surgen: ¿quién se hará cargo de ellos?, ¿pueden los robots sustituir el contacto humano o la realidad económica empuja a encontrar nuevas formas de atender las necesidades de ese sector de la población?