Un problema o circunstancia puede convertirse en el momento ideal para crear un gran invento o emprendimiento.
Para todo emprendedor existe un antes y después, ese instante en el que de pronto su vida se convierte en una misión. Muchos lo llaman el Efecto Eureka, gracias al hallazgo que hizo Arquímedes cuando se encontraba dentro de su bañera gritando “Eureka” (en griego “lo encontré”) al descubrir que el volumen de agua que asciende es proporcional al del objeto sumergido; algo similar ocurrió con Newton cuando cayó una manzana desde lo alto de un árbol y logró formular la ley de gravedad.
Estas pequeñas ocurrencias en la vida cotidiana, también denominadas Aha Moments pueden llegar por tres factores, ya sea por inconveniencia, recursos limitados que te hacen idear algo para remediarlo o incluso dolor y tragedia. Aquí el reto será estar alerta y abierto a nuevas posibilidades para desarrollar creativamente, de lo contrario las oportunidades pasarán frente a nosotros sin dejar huella.
Inconveniencia
Diversos emprendedores han creado grandes fortunas debido a dificultades en su vida diaria, en el trabajo o incluso al salir de vacaciones. El mercadólogo austriaco Dietrich Mateschitz realizó un viaje de negocios a Asia, donde sufrió un grave jet-lag, por lo que ordenó en el bar del Mandarin Hotel en Hong Kong, una bebida que había sido creada especialmente para obreros y choferes de camiones para permanecer despiertos durante todo su turno, ésta era llamada Krating Daeng.
Mateschitz de pronto tuvo la idea de comercializarla y contactó a su creador Chaleo Yoovidhya para volverse socios, ambos la convirtieron en la bebida energética más famosa del mundo, Red Bull. El emprendedor austriaco hoy es el hombre más rico en su país y el multimillonario No. 64 a nivel internacional.
En otro viaje legendario surgió una de las mejores ideas de negocio de la historia, cuando Nick Woodman vacacionaba con sus amigos con la intención de tomarles fotografías y video mientras surfeaban, sin embargo una cámara convencional no se lo permitía; la GoPro inició de esta manera, la cual de acuerdo a Woodman “era simplemente una cámara en la muñeca”. El boom de YouTube le ayudó a que los videos se popularizaran, por lo que impulsó la creación de un negocio millonario.
Aunque muchas ideas surgen de productos que la mayoría de los consumidores creen que no van a necesitar, es tarea de los emprendedores hacerles ver cuánto puede ayudar en sus vidas. Cuando Bernard Sadow recorría en 1970 con su familia el aeropuerto de Puerto Rico, con dos maletas de 68 centímetros, luchando para cargarlas, vio a un empleado mover una máquina en una plataforma de ruedas y decidió hacer algo similar.
Añadió cuatro llantitas y una tira flexible a su maleta y se fue a presentarla a diferentes compañías de equipaje, obtuvo diversos rechazos hasta que Macy’s se sorprendió con su idea y se convirtió en la primera tienda departamental en comercializarlas.
Recursos limitados
Las situaciones en las que un Aha Moment también ocurre es cuando nos encontramos en un periodo en el que nos faltan tanto recursos económicos como materiales y no hay otra alternativa más que idear algo nuevo que pueda funcionar. Justo esto les pasó a Brian Chesky y Joe Gebbia, un par de diseñadores que vivían en San Francisco y que de la noche a la mañana su renta subió un 25%.
Se dieron cuenta que habría unas conferencias en la ciudad y que mucha gente de fuera llegaría, por lo que decidieron rentar su departamento, de aquí surgió la plataforma Airbed and Breakfast, que ahora es conocido como Airbnb.
Estos momentos que representan el antes y el después de una carrera, no sólo originan un nuevo negocio, sino que lo mejoran y hacen que despegue si sabes sacar provecho de las ideas.
En 1943, Ingvar Kamprad creó, a sus 17 años, una mueblería con sus ahorros y algún dinero que le dio su papá para “comprar libros”, sin embargo fue a partir de 1956 cuando descubrió lo que lo haría despegar y convertirse en lo que representa hoy Ikea.
Uno de sus diseñadores debía llevar una de sus famosas mesas Leaf a una sesión de fotos en su coche, a falta de un camión para transportarla. Este empleado cortó las patas para cuando llegara al lugar poder unirlas y fingir que nada hubiera pasado. Ingvar aceptó la idea y convirtió a su empresa en el gigante mueblero, famoso por su facilidad de uso.
Dolor y tragedia
Es difícil ver lo bueno de lo malo, sin embargo hay personas que han logrado canalizar su sufrimiento para llevarlo a algo positivo, como fue el caso de Samuel Morse, quien en 1825 se encontraba en Washington, cuando recibió una carta en la que decía que su esposa estaba gravemente enferma; el pintor viajó hasta Connecticut para verla, sin embargo ésta no sólo falleció, también fue sepultada, situación que se convirtió en un impulso para inventar el primer sistema eficaz de telégrafo, para que nunca más alguien tuviera que pasar por el mismo dolor de no llegar a tiempo.
Louis Braille fue un francés que desde los 3 años perdió la vista y sus padres lo inscribieron en una institución especializada en París. En 1821 un oficial del ejército visitó su escuela para presentarles un invento llamado Sonography, con el cual los soldados podían intercambiarse mensajes sin necesidad de hablar para evitar que el enemigo descubriera su posición. En este momento a Louis se le ocurrió que el método podría ser utilizado por estudiantes invidentes para escribir y leer, lo modificó y creó códigos diferentes que lo volvieron un éxito mundial, hoy es conocido como el sistema Braille.
Algunos llevan buscando un Aha Moment por largo tiempo en sus vidas y otros ni siquiera pensaban que les podría llegar de la noche a la mañana, sin embargo a quienes le pasa logran crear algo asombroso, pues se vuelve un impulso e inspiración para completarlo, así sea lo último que hagan. Uno de estos momentos no representa tener todo hecho, pero sí se convierte en el primer paso para empezar, donde la claridad y pasión ven lo que antes no lograban vislumbrar.
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