El éxito del club blaugrana va más allá del talento de sus jugadores; éste se logra al integrar líderes que ocupan sus respectivas posiciones en la directiva, en el banquillo y en la cancha.
La institución se gestiona como cualquier negocio, por lo tanto, las empresas pueden aprender valiosas lecciones que contribuyan a lograr los resultados contemplados.
En los últimos años el equipo ha tenido un desarrollo exitoso, posiblemente sin precedente en la historia del futbol mundial. Espectacular, ingenioso, estético y victorioso; su juego y sus valores han liderado causando sensación alrededor del mundo.
Lo anterior no tendría lugar sin una particular manera de entender el liderazgo. Éste posee tres funciones básicas: crear una visión fascinante del futuro para que la gente pueda adoptarla y adherirse a ella; enrolar piezas talentosas para crearlo; y reenfocar la atención de los seguidores y colaboradores hacia los lugares de pertenencia, así como a los aspectos positivos para mantener elevado su estado emocional.
Adentrándose en un análisis detallado, estos elementos se desarrollaron exitosamente a partir de un momento crucial: la aparición de Johan Cruyff en el ideario barcelonista.
- Compromiso en la directiva
Sin un fuerte liderazgo desde la cúpula del club no hay proyecto que pueda sustentarse consistentemente. La dirección debe guiarse por una visión claramente definida e integrarse por personas capaces que aporten su experiencia y pasión, incluyendo a quien guiará a los jugadores por la senda del triunfo.
La entrada de Joan Laporta en 2003 produjo un crecimiento sin precedentes: la institución entró en una dinámica de expansión en marketing, comunicación, creación de nuevos productos y líneas de negocio que la impulsaron a la globalización.
Al reunir expertos en las distintas áreas expandió el trabajo en equipo, se generó un impacto mediático y social del club el cual incrementó sus ingresos. Una característica fundamental que deben poseer es su pasión por el futbol, misma que determina la visión y que ha permitido contar con jugadores de tanta calidad; sin ese liderazgo, no estaría Messi.
Este aspecto multidisciplinario se ha mantenido y ampliado con la presidencia de Josep María Bartomeu, quien perteneció a la directiva de Laporta y dirige la institución desde 2014.
Algo que caracteriza al club es la selección de la directiva: el presidente es elegido por votación popular entre los socios cada seis años. Cualquiera de ellos puede postularse, pero al ganador y a su junta directiva se les exige avalar por lo menos el 15% del presupuesto del equipo, lo que limita las posibilidades reales de presentarse al cargo.
La gestión de la cúpula debe guiarse por dos aspectos que marcan el liderazgo del FC Barcelona: su identidad y los valores deportivos. Primero, el pueblo catalán tuvo durante la anterior dictadura, un lugar de expresión en los partidos. Su lema “Som més que un club” (“Somos más que un club”), la definen claramente.
Segundo, el Barcelona debe jugar bien, no sólo ganar. Hacerlo a cualquier precio resulta impensable desde que en las últimas décadas ha ganado convenciendo con el buen juego y dominio del balón.
Cualquier línea presidencial debe respaldar estos dos valores. Tanto es así que la presión social obligó a cambiar el sponsor de la playera, sustituyendo a la Fundación Qatar, asociada al régimen dictatorial y fundamentalista del país árabe.
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Un coach integral
El entrenador es el siguiente pilar fundamental del modelo de liderazgo. Es el responsable de organizar el esquema de juego, conociéndolo y reverenciándolo como factor imprescindible. Desde la apuesta de Johan Cruyff por un futbol ofensivo y cuatro ligas ganadas consecutivamente, el público no aceptaría otra cosa.
Dirigir desde el banquillo exige la construcción-visión de un juego atractivo, seleccionando jugadores talentosos para desarrollarlo y de una comunicación con el público a través del juego del equipo.
En los clubes de élite la figura del jefe no tiene sentido; los jugadores tienen mucho peso y el papel del entrenador es el de acompañarlos más que de dar órdenes.
Quienes han sido más fieles al juego de posesión son los más recordados por la afición: Cruyff, Rijkaard, Guardiola, Tito Vilanova. Ellos implementaron como nadie la visión del juego perfecto. También están los que no tuvieron cabida en el equipo al no respetar su estilo, tal como ocurrió con Tata Martino, incapaz de controlar las sutilezas que un juego delicado y de control exige.
La capacidad del entrenador para liderar debe reflejarse en los once que están dentro del campo de juego.
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Líderes en la cancha
Cada jugador tiene un papel fundamental en el desempeño del plantel y éste no debe depender de uno para triunfar. Todos son responsables de lograr los objetivos trazados por la directiva. Sería muy fácil atribuir el liderazgo del equipo al mejor jugador de la actualidad: Leo Messi; es un líder, pero no el único.
Durante el juego se requieren distintos líderes: visionarios (Iniesta); de calidad (Messi); y de coraje (Piqué o Mascherano). Es un liderazgo rotativo, los jugadores deben mostrar humildad y capacidad para cederlo según el contexto del juego, como saber cuándo hacerse a un lado para que otros brillen.
El rol de los socios del club
Los fans están conscientes de lo que buscan a la hora de asistir a los partidos: que se ejerzan los valores; si no están de acuerdo con algo, su presencia se hace notar.
La afición del Barcelona no es de gran animación, pero es líder; quiere ver buen futbol y jugadores que no sólo corran detrás del balón. El público es un notario que busca que esto suceda y si no, se enfada; quiere que se cumplan los valores democráticos, de lo contrario se rebela y se expresa en los periódicos o llevan pancartas.
Los hinchas comparten un sentimiento colectivo y muestran liderazgo al poder quitar y poner a un presidente si considera que cumple o no con la visión y valores del club, definiendo su continuidad.
Nada es para siempre
Los modelos de liderazgo no son eternos. Reunir en un equipo a los jugadores que han estado en el Barça en la última década será difícil por la compleja situación que vive el futbol mundial.
Resulta complicado volver a sintonizar y alinear a los líderes —en la directiva, entrenadores y jugadores— imprescindibles para un modelo sostenible en un club de talla mundial como el FC Barcelona.
El club aporta valiosas lecciones que las empresas pueden integrar en sus equipos de trabajo para obtener el máximo rendimiento que contribuya a cumplir con los objetivos establecidos.
De la cancha a los negocios
1. Define claramente una visión, dala a conocer y haz que se siga en todos los niveles de la organización.
2. Integra a personas capaces de aportar experiencia y pasión.
3. Apégate a tu identidad y respeta tus valores.
4. Traza un plan, respétalo y haz que sea respetado.
5. Haz las cosas bien, no sólo las hagas.
6. Selecciona mentores para tus mandos medios, no jefes.
7. Logra que cada miembro muestre su propio liderazgo en el área que le corresponde; establece límites para evitar que choquen.
8. Reconoce los triunfos como parte de todos los miembros
9. Contempla que deberás reinventarte; reacciona a tiempo y anticípate a los factores que pueden incidir en los resultados.
10. Considera a tu cliente como un líder adicional que sabe lo que busca.