Por Víctor Soulé García
Debido al creciente interés de parte de las organizaciones por ejercer una cultura de la legalidad, más y más empresas están optando por presentar un informe sobre sustentabilidad o responsabilidad social corporativa. Los cuales representan la opción más viable para conseguir el equilibrio entre el desempeño ambiental y económico.
A lo largo del tiempo, los enfoques sobre sustentabilidad y responsabilidad social, tanto al interior como exterior de las empresas, han madurado al punto de ser comunes entre grandes y pequeñas organizaciones.
Dichos informes permiten que los lectores comprendan que tan bien se cumple con la triple cuenta de resultados en el desempeño ambiental, social y económico. Normalmente este tipo de reportes se emiten de manera voluntaria, no contienen información financiera y suelen enfocarse en los riesgos y oportunidades relacionadas con la sustentabilidad, de igual forma pueden ser realizados por cualquier tipo de institución, desde una compañía privada o que cotiza en la bolsa, agencia gubernamental, organismo académico hasta una organización sin fines de lucro.
Durante las últimas dos décadas, los esfuerzos de sustentabilidad y RSC han variado desde un enfoque de cumplimiento basado en el riesgo, donde las iniciativas rudimentarias, voluntarias y a veces fortuitas han evolucionado hasta un imperativo de negocios complejo y disciplinado enfocado en las exigencias del cliente y las partes interesadas.
La sustentabilidad corporativa una vez se enfocó exclusivamente en temas de cumplimiento o de reputación, esto ahora ha cambiado al grado de volverse un tema estratégico dentro de muchas empresas; tan fundamental para las operaciones, como la seguridad, calidad, retención de empleados y satisfacción del cliente.
La investigación realizada por la Iniciativa Global de Presentación de Información (GRI, por sus siglas en inglés) muestra que 82% de las compañías en EE.UU. y 66% de las europeas señalan que la transparencia es el factor principal que afecta su reputación corporativa.
Debido a que la sustentabilidad afecta al mundo exterior en mayor escala, las empresas enfrentan mayores presiones por transparencia y responsabilidad con respecto a sus efectos e iniciativas.
Un organismo que presenta informes sobre sus prácticas de sustentabilidad no sólo debe mostrar los casos en donde tuvo éxito, sino también aquellos en donde posiblemente no cumplió con las expectativas. Esto da lugar a un elemento de riesgo en la reputación en el corto plazo. Sin embargo, a largo plazo se ve compensado por beneficios significativos: una medición más adecuada del desempeño de la triple cuenta de resultados, confianza de las partes interesadas, una mejor administración y una mejor eficiencia operativa.
Muchos de estos beneficios surgen de los procesos y controles internos que se utilizan para ayudar a recopilar, almacenar y analizar la información no financiera. Obtener datos actualizados y de calidad acerca de temas como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso del agua y las actividades de la cadena de suministro pueden ayudar a mejorar el proceso de toma de decisiones.
Por el contrario, no presentar informes puede aumentar los riesgos. Las compañías que no publican estos datos pueden parecer menos transparentes que los competidores que sí lo hacen, además de dar la impresión de estar rezagadas. Pero si se presentan adecuadamente ayudarán a las empresas a establecer una reputación de transparencia y a fomentar la confianza de las partes interesadas.
En caso de la Bolsa Mexicana de Valores el Índice de Precios y Cotizaciones Sustentables representa no sólo una oportunidad, sino también una medición que más organizaciones tendrán que buscar para la captación de fondos de inversión socialmente responsable.
En pocas palabras, será una ventaja competitiva adaptarse lo más pronto posible, porque en un futuro no muy lejano será indudablemente la condición para que las empresas permanezcan en el mercado.