Los inversionistas, a cambio de ofrecer más recursos, buscan una mayor participación en los nuevos emprendimientos. Por su parte, quienes dominan el mercado, pueden opacar el surgimiento de hot startups.
02/08/17 | Por Noticias TNE
Durante los últimos dos años el número de startups que aseguran el financiamiento para comenzar operaciones ha caído en un 40% desde su pico más alto en 2015 hasta la fecha. También se ha reducido en un 24% la cantidad por cada inversión en el mismo periodo.
La situación resulta alarmante de acuerdo a expertos, debido a que el capital semilla es esencial para el ecosistema tecnológico basado en la toma de riesgos. Sin esta opción para que los emprendimientos obtengan recursos, el próximo proyecto disruptivo, como sucedió en su momento con Uber, WhatsApp o cualquier otro, difícilmente podrá escalar.
“El motivo por el que las startups son compañías disruptivas en el siglo XXI no es porque sean inteligentes, sino porque cuentan con el capital para hacerlo”, explicó Steve Blank, emprendedor serial, mentor y profesor adjunto de la Universidad de Stanford.
En 2017, los inversionistas “ángel” tan sólo cerraron 900 acuerdos durante el segundo cuarto del año (Q2), una considerable caída en comparación con los 1,100 en 2016 y los 1,500 en 2015, en los mismos periodos. De acuerdo a un reporte elaborado por PitchBook Inc., las inversiones cayeron de 2.19 billones de dólares, en 2015 a 1.65 billones en el Q2 del presente año.
¿A qué se debe lo anterior? Últimamente las salidas han estado tibias. Por ejemplo, cuando LendingClub, GoPro y Fitbit se hicieron públicas e inmediatamente perdieron ritmo, intentaron calmar el entusiasmo de los inversionistas que buscaban las siguientes grandes propuestas.
Garry Tan, socio de Initialized Capital, comentó que los grandes jugadores tecnológicos se encuentran en un estado de refrigeración. “Los titulares obtienen mucho poder, así que hay menos grandes oportunidades valiosas en etapas tempranas. Imagino una reducción del 20 al 25% en oportunidades de inversión valiosas”. Por ejemplo, los participantes que dominan el mercado, como Facebook, han logrado acumular mucha riqueza e inmediatamente pueden retar a un nuevo emprendimiento, disminuyendo su valor.
Por otro lado, los inversionistas de etapas tempranas observan un cambio en la forma tradicional de financiamiento. En vez de invertir pequeñas cantidades de dinero en una gran cantidad de startups con la esperanza de que éstas salgan adelante, buscan que sean menos proyectos, pero con mayor potencial. Actualmente el promedio de inversión es de 1.6 millones de dólares, según Pitchbook, en comparación con los 500 mil de hace cinco años.
Algunos emprendedores ven difícil encontrar apoyo en una etapa temprana. Así lo comentó Allan May, presidente y fundador de Life Science Angels. Por su parte, a cambio de otorgar más recursos (lo que implica mayores riesgos), los inversionistas de capital semilla solicitan mayor participación en las nuevas compañías. Initialized Capital, por ejemplo, pide el 50% para invertir en nuevos proyectos. Esto permite a los inversores tener más peso en rondas de financiamiento futuras cuando se sumen otros. Los financiadores corren el riesgo de perder gran parte de su participación si no lo hacen desde el comienzo, ya que pueden ser presionados por otros capitales de riesgo.
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