24/02/17 | Por Noticias TNE
Se presume que ex empleado descargó 14 mil archivos antes de abandonar Waymo. Posteriormente cofunda Otto, misma que fue adquirida por la empresa de San Francisco.
Además de los señalamientos sobre presunta discriminación y acoso sexual que pesan sobre la compañía de servicio de transporte privado, ahora es acusada por usar información confidencial de la empresa de Mountain View.
Waymo, el proyecto de vehículo autónomo de Google ha contrapuesto una demanda contra Otto, la startup de camiones autónomos que Uber adquirió el año pasado, señalando que su cofundador, Anthony Levandowski —ingeniero y ex colaborador de Google— sustrajo documentos y se los llevó a la empresa de San Francisco.
Levandowski descargó alrededor de 14 mil archivos confidenciales, entre los que se incluían planos y diseños tales como los sensores LIDAR, los que usan los vehículos para mapear su entorno; esto cuando aún era empleado de Google. Posteriormente vendió su compañía, Otto, por una suma de 680 millones de dólares.
“Otto y Uber se llevaron la propiedad intelectual de Waymo con el fin de evitar el riesgo, tiempo y gastos que implica desarrollar su propia tecnología de manera independiente”, de acuerdo a Waymo. “En última instancia, estos hechos reportaron a los empleados de Otto ganancias de alrededor de medio billón de dólares y permitió a Uber revivir un programa detenido, todo a costa de Waymo”.
Google también alega que otros ex empleados robaron secretos antes de abandonar a la compañía para sumarse a Otto. Por lo anterior, busca que la corte emita una prohibición a fin de que la empresa de transporte privado no haga uso de la tecnología para el desarrollo de sus servicios.
Uber se ha caracterizado por una polémica que la ha llevado a confrontar a las autoridades de California en relación a la información que debe ser recolectada sobre sus conductores y si éstos deben ser considerados como contratistas sin la opción de recibir los beneficios de ser empleados. A finales del año pasado, suspendió sus pruebas de carros autónomos después de que le fueron revocados los registros por no tener los permisos en regla.
La disputa destaca los riesgos en la carrera por crear vehículos autónomos que prometen no sólo revolucionar la forma en la que las personas se mueven, sino también a la misma industria automotriz.