A medida que las tecnologías exponenciales brindan más capacidades a las personas estas podrán no solo vivir de manera diferente, sino también impactar con su trabajo y generar más valor para las compañías.
Mucho se habla de cómo las tecnologías exponenciales transforman a las empresas a medida que estas las implementan para mejorar sus procesos y resultados. Pero los avances en este rubro cada vez sorprenden más, pronto ya no será solo una cuestión de negocios, sino de saber aprovechar a una humanidad aumentada dentro de las organizaciones.
Las soluciones tecnológicas no únicamente pueden verse cómo herramientas que ayudan a lograr objetivos en las compañías, reducir costos e incrementar la productividad, entre otros beneficios. También existe una cuestión en la manera en cómo estas se relacionan con los seres humanos y la forma de usarlas e integrarlas en sus vidas.
Bajo este contexto se habla de una humanidad aumentada, un concepto que refiere al uso de la tecnología tanto para apoyar y reemplazar las capacidades de las personas, donde ambos se convierten en uno solo. De un momento a otro, los dispositivos vestibles se vuelven parte integral del cuerpo (inclusive mejorándolo), conectándose a las emociones, ritmo cardíaco, temperatura y cuerpo en general. Piensa por un momento en Iron Man, superhéroe que cuenta con todo un arsenal de dispositivos para interactuar con el entorno, resolver problemas y de paso expandir sus capacidades e incrementar su resistencia, entre otras ventajas.
La idea de la humanidad aumentada es el empoderar a las personas para que sean mejores, más inteligentes y felices, dentro y fuera de las empresas. No se trata de crear un mundo mecánico, sino al contrario, uno donde el bienestar sea una constante, tanto a nivel personal como organizacional.
Fusión entre humanos y tecnología
Con el dominio del fuego por parte de los seres humanos, se puede hablar de cómo estos fueron capaces de integrar nuevas herramientas para hacer su trabajo y mejorar su estilo de vida. Miles de años después llegaría la rueda, las revoluciones industrial y tecnológica, con cada nuevo invento que contribuyó a facilitar la vida y el trabajo.
La llegada del smartphone de la mano de Apple marcó un hito en el impacto que la tecnología tendría en los seres humanos y la forma de usar este dispositivo en la vida cotidiana y laboral. Prácticamente toda nuestra información se encuentra en la palma de la mano y con la cual se pueden realizar una infinidad de actividades. De pronto, el poder de una computadora se encuentra detrás de una pantalla de ocho pulgadas.
El smartwatch también de la empresa de la manzana fue un hit en 2015, aunque se tiene registro de que el primer reloj inteligente llegó al mercado en 1998 de la mano de Seiko. Sin embargo, el punto es que este dispositivo, más pequeño vino a traer nuevas “habilidades” a las personas.
De forma más reciente, Elon Musk realizó una prueba de lo que pretende hacer con el chip de Neuralink que podrá “instalarse” en el cerebro humano para ampliar sus capacidades. Con este implante la idea es que las personas puedan controlar prótesis e interactuar con sus dispositivos, además de otras posibilidades. En otras palabras, una simbiosis con la inteligencia artificial (IA).
La tecnología evoluciona constantemente y todo indica que esta y las personas se fusionarán convirtiéndose en uno solo. Las soluciones actuales responden a gestos humanos, igual existen cámaras que rastrean el movimiento de los ojos, también se pueden pagar cuentas sin siquiera usar una tarjeta de crédito, solo usando el celular como medio de transacción y la lista puede seguir.
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La humanidad aumentada posee al menos dos efectos positivos tanto a nivel individual como en las empresas1. El primero es que incrementará la efectividad de las personas al realizar sus tareas, ya sean personales o laborales. Es importante tomar en cuenta que, en este caso, la automatización no sustituye al individuo, solo mejora sus capacidades.
En segundo lugar, contribuirá a que la gente se adapte con mayor rapidez a la automatización y pueda asimilar nuevos conocimientos en tiempo real para resolver los problemas que van surgiendo, cuando podría tomar años capacitarse para adquirir skills adicionales.
Un ejemplo de lo anterior se puede ver con Boeing, empresa que tiene a parte de sus mecánicos usando visores que les permiten estar al tanto de lo que requieren para ensamblar los aviones, en vez de tener que pasar por un programa de entrenamiento durante horas.
Inteligencia superior dentro de las organizaciones
La humanidad aumentada implica que los colaboradores tomarán ventaja de la inteligencia artificial para aportar al crecimiento de las empresas y a la entrega de resultados, reflejándose en una mejor toma de decisiones a la hora de innovar, resolver problemas, comunicarse con los compañeros, así como brindar una experiencia invaluable al cliente. En otras palabras, cualquier proceso puede ser potencializado por empleados que integran la tecnología en su cuerpo o la utilicen de forma externa, pero integrada a los procesos que realizan.
Al implementar capacidades superiores, potencializadas por la tecnología, los colaboradores podrán enfocarse en proyectos más significativos, como por ejemplo desarrollar un producto, construir la marca o destinarle más tiempo a la innovación. Esto en vez de dedicarse a tareas repetitivas que no le suman valor ni a ellos ni a la organización.
Se estima que para el 2030, la inteligencia aumentada sobrepasará a cualquier iniciativa empresarial basada en IA y representará el 44% del valor de los negocios.
La experiencia del consumidor es la principal fuente de valor derivada de la inteligencia artificial. Con la humanidad aumentada se reducirán los errores, al tiempo en que se brinda una mayor conveniencia y personalización a los clientes a un nivel sin precedentes, logrando una democratización que anteriormente solo estaba disponible para unos cuantos.
Tecnologías como la realidad aumentada (RA) brindarán a los colaboradores una visión basada en el análisis para tomar decisiones y actuar al momento. De esta manera, la interacción con el cliente será mucho más inmersiva y detallada. Por otro lado, también habrá lo que se conoce como ropa inteligente capaz de monitorear el estado de salud de los empleados, además de proveer sensaciones placenteras para elevar el ánimo en momentos de estrés, por ejemplo.
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El humano potencializado por la tecnología será capaz de crear soluciones y modelos de negocio más allá de lo que la imaginación pueda concebir. Así se convertirá en un activo de mucho valor para la empresa, la cual también tendrá que relacionarse con un cliente aumentado, por lo que los esfuerzos para conectar con él y vender, tendrán que ser mayores.
La humanidad aumentada debe verse como una oportunidad para incrementar las capacidades de las personas, impacto que también se verá reflejado en las empresas. A medida que las tecnologías exponenciales se integren más a la vida y en los procesos de negocio, será importante verlas como aliadas y no enemigas. Es momento de prepararse para una nueva forma de trabajar y vivir.
Referencias: 1Grayline Group, 2Gartner