Por Redacción TNE
Esta metrópoli reúne a las tres principales religiones y congrega a sus recintos más sagrados.
Jerusalén es una de las ciudades más antiguas del mundo y cada rincón está lleno de historia sagrada para los cristianos, judíos y musulmanes.
La llamada “capital religiosa” del estado de Israel está dividida en dos partes, la nueva en donde se ubican las oficinas de gobierno y la mayoría de las colonias habitacionales de quienes viven ahí y la Ciudad Vieja, el núcleo a donde cientos de turistas llegan año con año.
Lo más antiguo de Jerusalén está rodeado por una muralla de piedra, resguardando en su interior estrechos callejones y algunos de los sitios más sagrados del mundo distribuidos en sus cuatro barrios: el cristiano, el armenio, el judío y el musulmán.
Los puntos representativos de las tres religiones más visitados dentro de la Ciudad Vieja son el Santo Sepulcro, en donde se venera el lugar de la crucifixión de Jesús y su tumba; la Plaza de las Mezquitas que alberga a la Mezquita de la Roca, popular por su cúpula dorada, y a la Mezquita de Al-Aqsa; así como el Muro de los Lamentos a donde miles de judíos acuden anualmente para orar.
Además de estos puntos de interés, los visitantes pueden dedicar mucho tiempo a recorrer los mercados que se ubican en la zona en donde es posible adquirir infinidad de productos, desde accesorios, ropa, joyería y artículos religiosos.
A pesar de su ubicación en el Medio Oriente, en donde los conflictos bélicos son característicos, Jerusalén ha destacado por la seguridad que ofrece a sus visitantes, quienes cómo único requisito deben practicar la tolerancia hacia las distintas creencias que ahí se albergan.