Mientras los equipos luchan por mantenerse con vida dentro del torneo, la gente se maravilla con lo que tiene para ofrecer el país más grande del planeta.
Por Redacción TNE
A más de una semana de que haya dado inicio Rusia 2018, el Mundial ha deslumbrado a propios y extraños partido a partido con la emoción del fútbol. De las once increíbles urbes que han estado en los ojos de todo el mundo, en esta ocasión presentamos dos de ellas: una ciudad alejada del resto del país y la capital de la industria automotriz en tierras rusas.
Kaliningrado, la ciudad del ámbar
Habitantes: 500 mil
Visitar Kaliningrado presenta una situación muy peculiar: estás visitando Rusia pero en realidad no, ¿por qué es tan confuso? Resulta que esta ciudad es un exclave del gran país, situado justo entre Polonia, Lituania y el Mar Báltico a más de mil kilómetros de Moscú. En un principio solía ser la ciudad alemana de Königsberg, anterior capital de Prusia, pero pasó a manos de la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial.
El lugar fue un importante puerto durante la Guerra Fría debido a su posición estratégica, por lo que sobra decir que el mar juega una parte muy importante dentro de su historia. Es por lo anterior que una de las atracciones más llamativas sea el Museo del Océano Mundial, que alberga 14 acuarios distintos en donde habitan más de 130 especies de animales marinos. Además podrás avistar un esqueleto de casi 11 metros de longitud de un cachalote, la especie de ballena de Moby Dick.
Si te acercas al mar, llegarás a una explanada de casi dos kilómetros en donde disfrutarás de una plácida caminata justo a lado del agua.
El Castillo de Ámbar es un complejo de museos y centro de convenciones dentro de la fortaleza de Palmnicken que data del siglo XIV. El sitio presenta la historia de la región con exhibiciones tales como colecciones de vajillas antiguas, obras de arte y fotografías de los siglos XIX a XX. Además podrás conocer acerca del descubrimiento de los depósitos de ámbar de Kaliningrado, así como su extracción y procesamiento para realizar joyería.
La Catedral de Königsberg que data del siglo XIV cuenta con dos capillas, una ortodoxa y otra protestante, la iglesia es un símbolo de la paz y la reconciliación. No olvides visitar a la estatua de Immanuel Kant, uno de los máximos filósofos de la humanidad, situada en la Universidad donde dio clases.
Nizhny Novgorod, tierra automotriz
Habitantes: un millón 200 mil
Gracias a su posición a orillas del río Volga, Nizhny Novgorod se convirtió en un importante centro mercantil de Rusia durante el siglo XIX. A partir del crecimiento de la Unión Soviética, la ciudad se convirtió en un centro de fabricación de vehículos, así como de armamento militar, por lo que estuvo cerrada al exterior desde mediados de los años 50 hasta 1991. En ese entonces se le llegó a llamar el “Detroit de Rusia” por su producción industrial.
Fiel a muchas otras metrópolis rusas, el Kremlin de Nizhny Novgorod es lo primero que te viene a los ojos una vez que pones pie en el lugar. Esta “Ciudad de Piedra” está rodeada de un extensivo muro y 13 torres que resguardan un área de más de dos kilómetros cuadrados.
La Strelka es otro de los símbolos, una plataforma a donde puedes ir a observar y maravillarte con la desembocadura del río Oka en el Volga. En un día claro, se puede ver claramente la distinción entre el agua de las dos corrientes: la del Volga es más oscura y espesa.
Después de deleitarse con uno de los encuentros que se disputarán en la ciudad, puedes visitar el Parque Alexandrovsky, donde en verano suelen tener festivales al aire libre y proyecciones de películas. Si estás de suerte te puede tocar acudir durante el Día del Restaurante, un evento que se realiza cuatro veces al año en donde los cafés de la ciudad ponen sus puestos para que degustes de su comida en un gran ambiente.
Aún quedan un par de semanas para disfrutar de todo lo que Rusia 2018 tiene por ofrecer, aprovecha al máximo la ocasión.
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