Descubre un lugar que pareciera de otro planeta y que presenta contrastes entre el día y la noche. Su belleza te asombrará, pero también despertará tu conciencia.
Por Redacción TNE
Ubicado en Java Oriental, el volcán Kawah Ijen ilumina las noches con un azul eléctrico, convirtiéndose en un espectáculo digno y propio de la naturaleza, que parece incluso sacado de un mundo de ciencia ficción.
La meseta Ijen abarca las zonas volcánicas localizadas al sureste de Bondowoso. La región se conforma por un grupo de estratovolcanes (definidos por aquellos que son bastante altos y de forma cónica), de los más activos en la Tierra: el Raung, Suket y el Gunnung Merapi, juntos integran una gran caldera que mide 20 km de ancho. Al occidente de este último se ubica el cráter activo de Ijen y tiene una extensión de casi mil metros, además de un lago de aguas turquesas que a más de uno asombra por su belleza, pero que es altamente tóxico debido a que es sumamente ácido y a su alto contenido de azufre, proveniente del volcán.
Cuando hace erupción, la lava que emerge tiene su color característico: rojo anaranjado. Sin embargo, cuando surge hace combustión con gases sulfúricos de alta presión, por lo que al juntarse y mezclarse con el oxígeno, aparecen flamas azules que pueden alcanzar hasta los cinco metros de altura. Las concentraciones de sulfuro son tan intensas que las llamas azures pueden verterse a lo largo de la superficie del volcán, lo que crea el efecto de una “lava azul”, aunque en realidad no lo sea.
El sitio se vuelve un destino para los amantes de la fotografía quienes buscan capturar una imagen icónica. Si tu idea es visitarlo, la sugerencia es llegar a la ciudad de Banyuwangi, localizada a unos 40 km del lugar. Ahí podrás hacerte de los servicios de guías locales que cuentan con los vehículos adecuados para sortear el terreno y que te acompañarán en tu travesía hacia el volcán.
Contrastes entre noche y día
Lo ideal es llegar justo en la madrugada, alrededor de las 4:00 am, porque es cuando se puede capturar el mejor momento, antes de que el sol se asome por el horizonte.
Cuando amanece, el paisaje se caracteriza por mineros trabajando en condiciones extremas y de alto riesgo para extraer azufre del mismo cráter para luego venderlo por cantidades de dinero ínfimas, poniendo en peligro su salud y que puede derivar en problemas respiratorios y enfermedades del pulmón. Todo porque dicho mineral es uno de los más puros y es utilizado por laboratorios con fines químicos (elaboración de juegos pirotécnicos, cosméticos) y alimenticios.
Te puede interesar también: