Abrígate, pesca, monta a caballo y vive una auténtica tarde budista en esta fría ciudad de Corea del Sur.
Por Redacción TNE
Todas las miradas estuvieron en Río 2016 y cada día se acerca más para el 2020 cuando los mejores atletas del planeta alisten sus maletas y aborden un avión rumbo a Tokio. Sin embargo, muchos olvidan que a mediados de cada uno de estos eventos se celebran los Juegos Olímpicos de Invierno y se pierden de toda una gama de emocionantes deportes como el snowboarding, bobsleigh, hockey sobre hielo y esquí de velocidad.
Este año, Corea del Sur se viste de manteles largos para darle la bienvenida a quienes nacieron en regiones heladas, donde la nieve es parte del paisaje natural. Pyeongchang fue la ciudad elegida y cuya estrategia se basa en exponer a las nuevas generaciones de atletas potenciales al poder de los deportes de invierno. Esto, aunado al hecho de que serán los primeros Juegos transmitidos por realidad virtual gracias a Intel, seguramente llamará la atención de personas que usualmente no le prestan atención a estas justas.
¿Qué tienen para ofrecer “Los Alpes de Corea”?
El área tiene una altura en promedio de 700 metros sobre el nivel del mar y las montañas cubren el 80% de la región. Estas propiedades la vuelven una ciudad bastante fría, en estas fechas son bastante comunes las temperaturas promedio de 5 °C bajo cero.
Festival de invierno de truchas: entre los meses de diciembre y febrero, debido a las grandes altitudes y las aguas frías, este lugar es ideal para la cría de truchas. No temas probar la práctica de la pesca en un hoyo perforado en el hielo. Una vez que hayas atrapado algunos peces, acude a uno de los restaurantes cercanos para que te los preparen en un rico platillo coreano.
Granja Daegwallyeong: una locación muy popular en filmes coreanos, en este lugar podrás aprender a montar caballos o tomar una clase de cómo preparar quesos. Incluso, si te apuntas para el tour especial, tendrás la oportunidad de acercarte a los borregos que crían y darles de comer heno.
El Skywalk de Byeongbangchi: atrévete a recorrer un caminador de vidrio templado en forma de U a una altura de más de 580 metros y maravíllate con las vistas que ofrece la Isla Bamseom y el Río Donggang. Si eres un poco más aventurero, puede lanzarte de una de las tirolesas más largas de toda Asia mientras admiras la naturaleza.
Templo Woljeongsa: visita una antigua edificación budista que data del año 643. Este complejo que abarca más de 60 templos y ocho monasterios fue destruido durante la Guerra de Corea de 1950, pero fue reconstruido debido a su significado dentro de la cultura asiática.
Woljeongsa ofrece una experiencia sin igual, ya que podrás apreciar una estadía de dos días y una noche en donde vivirás la verdadera experiencia budista. Aprende sobre etiqueta de templo, reza las 108 piedras del rosario, conversa con un monje y toma una relajante caminata a través del milenario bosque de abetos.
Pyeongchang no sólo debe atraer los ojos del mundo por el gran evento que se está efectuando, sino por todo lo que tiene que ofrecer a los visitantes. Despídete de un momento de tu ajetreada vida en la ciudad y decídete por un sitio tranquilo y encantador.
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