13/03/2016 | Por Redacción TNE
La isla se distingue por ser el hogar de un extraño árbol en forma de sombrilla conocido como “sangre de dragón”.
En medio del océano Índico y a unos 350 kilómetros de la costa de la península arábiga se encuentra una de las islas más aisladas del planeta: Socotra, que junto a otros pequeños islotes conforma un archipiélago que pertenece a la República de Yemen.
La isla principal tiene una extensión de 130 kilómetros y posee un clima tropical desértico; la sequía y calor, sumadas a la situación de aislamiento generaron una biodiversidad única, con especies endémicas que conforman un pequeño mundo perdido.
Un símbolo representativo de esta tierra es un extraño árbol en forma de sombrilla conocido como “sangre de dragón”, por su llamativa savia de color rojo. Además, de las aproximadamente 800 especies de plantas de la isla, un tercio no existe en ninguna parte del mundo. Lo mismo sucede con muchas de las especies de reptiles y aves.
Por sus características naturales, la isla fue reconocida como patrimonio natural por la UNESCO en 2008, sumando esfuerzos con la Unión Europea y la Organización Internacional de Protección del Medio Ambiente para la conservación de todo lo que ahí habita.
La población, se asienta mayormente en la isla principal, sumando unas cincuenta mil personas quienes viven rudimentalmente. El turismo en los últimos años se ha visto afectado por la inseguridad y las amenazas de terrorismo de la zona. Aún así los visitantes deben llegar a la ciudad de Hadiboh en donde se encuentra un pequeño aeropuerto y ahí rentar un auto para recorrer los atractivos principales.
Aunque es parte de Yemen, la gente es parecida físicamente a los hindúes, al igual que sus costumbres. Sin embargo, en el vestir ya que no son tan religiosos, las mujeres van envueltas por coloridas telas a modo de sari, con su cabello apenas cubierto. Muy diferente a las costumbres de las mujeres en Yemen continental, que suelen ir vestidas de negro.