La experiencia necesita cambiar hacia una donde tu dispositivo funcione como un lacayo con el fin de quitarle el control que ejerce sobre tu vida.
01/03/18 | Por Noticias TNE
Tras la creciente inquietud del mundo tecnológico en cuanto a la posible adicción tanto de jóvenes como adultos a los teléfonos inteligentes, las redes sociales y las apps de mensajería instantánea, algo necesita cambiar para detener este fenómeno.
“No pasemos nuestra vida sólo mirando los dispositivos. Ves alrededor y todos lo hacen, inclinarse sobre sus teléfonos. Hagamos que el dispositivo sea el esclavo y nosotros los maestros”, mencionó Connor Pierce, jefe de móviles y TI de Samsung en el Reino Unido, durante el lanzamiento del nuevo Galaxy S9 dentro del World Mobile Congress celebrado en Barcelona.
De acuerdo al ejecutivo, la marca coreana intenta revertir esta situación al reconvertir su amplia cartera de dispositivos como refrigeradores, aspiradoras y televisores, así como su plataforma de Internet de las cosas, para virar hacia un futuro más inteligente y conectado, liberándonos de la obsesión por el teléfono.
“Cuando tu smartphone se convierte en control remoto o mayordomo, que sepa dónde estás, lo que quieres cuando caminas hacia tu casa, por ejemplo, puede crear un mundo muy diferente”, señaló Pierce. “Nos permitirá volver a lo que deberíamos estar haciendo: tener los ojos abiertos mirando al mundo, en lugar de bajar la vista constantemente para sólo ver la palma de nuestras manos”.
El verdadero daño
Una encuesta realizada por Deloitte a adultos británicos en 2017 sobre sus hábitos móviles, reveló que el 38% pensaba que usaban demasiado su teléfono inteligente. Entre los 16 y 24 años de edad, el porcentaje aumentó a más de la mitad. Otra investigación realizada por la firma dscout, reveló que una persona en promedio toca la pantalla de su smartphone dos mil 617 veces al día.
En otro caso, investigadores de la Universidad de Corea en Seúl utilizaron imágenes cerebrales para estudiar a 19 adolescentes diagnosticados con adicción al Internet o a dispositivos móviles. En comparación con otros 19 que no tenían este padecimiento, los cerebros de los jóvenes enfermos tenían niveles significativamente más altos de GABA, un neurotransmisor del cerebro que inhibe a las neuronas de resguardar los niveles de glutamato-glutamina, químico que activa las señales cerebrales.
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