Bill Gates considera que el cofundador de Apple era todo un ‘mago’ a la hora de lanzar nuevos productos.
Durante una entrevista transmitida en CNN en el programa ‘Fareed Zakaria GPS’ el pasado 7 de julio, Bill Gates habló sobre el gran talento que Jobs tenía para ‘hipnotizar’ a los empleados y motivarlos a perseguir los objetivos trazados en la compañía, según reportó Bloomberg.
“Siempre he dicho que yo era como un mago menor, porque él lanzaba ‘encantamientos’ y veía a la gente hipnotizada”, declaró el fundador de Microsoft. “Pero por ser un hechicero de una categoría inferior, los hechizos no funcionaban conmigo”.
Si bien los comentarios fueron en tono de broma, Gates expresó que la supremacía de Apple es vista por muchos como mágica y que incluso él aún se siente hipnotizado por Jobs.
“Steve fue un caso singular cuando la compañía estaba en camino a perecer y de pronto se convierto en la empresa más valiosa del mundo con algunos productos que son realmente asombrosos”, comentó Gates.
Asimismo, Bill Gates señaló que Jobs no tenía rivales en su capacidad para motivar a los colaboradores a fin de que sacaran todo su potencial. Sin embargo, no estaba de acuerdo con lo que les pedía, lo cual a veces podía implicar ideas “alocadas” que les generaban más trabajo. No obstante, aplaudió su poder de influencia y que fue capaz de hacer cosas positivas.
“No he conocido a una persona [que iguale a Jobs] en términos de seleccionar al talento, híper motivarlo y que tenga un sentido de diseño de ‘Oh, esto es bueno; esto no’”, destacó Gates. Además, agregó que el exdirectivo de Apple era un líder ejemplar porque era de los que decían ‘no hagan esto en casa’.
Cuando fue cuestionado sobre su propio estilo de liderazgo, Bill Gates hizo una distinción entre la persona que era de forma pública y el líder que era dentro de Microsoft.
“Al interior de la empresa teníamos en cierta medida a un grupo de personas, en su mayoría hombres”, dijo Gates. “Y lo admito, éramos bastantes duros entre nosotros. Pienso que a veces lo llevamos demasiado lejos, fue algo muy extremo. Dependíamos unos de otros para trabajar largas horas”.
Dicha forma de liderar se vio reflejada en una intensidad que se llevó a un extremo y que “fue grandiosa durante mis veintes, treintas, cuarentas. Ahora, cuando estoy un poco más tranquilo y no me estoy exigiendo alocadamente todavía tengo claras [ciertas cosas]: ‘Hey, ese diseño de baño es demasiado costoso. Es un punto muerto, no le meteremos más dinero’”, destacó.
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