El riesgo de que se echen a perder vacunas o sean robadas es latente. Empresas tech alzan la mano para garantizar la seguridad en la distribución de las vacunas.
Almacenar las vacunas contra el Covid-19 requiere resguardarlas a una temperatura de -70 °C. A esto se suman problemas de logística y de distribución, ya que ante la escasez se abre la puerta de que entren en el mercado negro. Sin embargo, la tecnología resulta una aliada para monitorear la cadena de suministro de forma digital, desde que llegan los camiones hasta que el paciente recibe la inyección.
Ante estos desafíos, empresas como Cloudleaf (Estados Unidos) y SAP SE (Alemania), entre otras, ofrecen soluciones para resolver los inconvenientes antes mencionados.
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La primera desarrolla sensores que se adhieren a los contenedores para identificar la ubicación, temperatura, humedad, vibración y aceleración de los vehículos. Todos estos datos son enviados a la nube, donde un algoritmo basados en inteligencia artificial puede predecir si requieren medidas para evitar que las vacunas se dañen, por ejemplo, que la temperatura se pase del rango permitido.
De acuerdo con Reuters, Mahesh Veerina, CEO de Cloudleaf, los pedidos de esta tecnología se incrementaron en un 500 % durante este año. Para cumplir con la demanda, la compañía tuvo que incrementar su fuerza la laboral y aumentan su inversión en un 80 %.
Bajo este escenario, la empresa se ha visto en la necesidad de conseguir capital, por lo cual ha levantado millones de dólares en lo que va del año y contempla obtener cantidades significativas el siguiente.
Por otro lado, mientras que la vacuna de Pfizer/BioNtech puede ser almacenada bajo temperaturas drías extremas o en hielo seco y solo dura hasta cinco días en un refrigerador estándar. Por su parte, la de Moderna puede subsistir hasta un mes en un refrigerador normal.
Estas variaciones elevan el potencial de que ocurran percances logísticos. Un cuarto de las vacunas pierde sus propiedades debido a manejos incorrectos en los embarques y las pérdidas asociadas a exposiciones inadecuadas de temperatura generan costos que ascienden a los 35 mil millones de dólares al año; no obstante, esta cifra podría ser mayor en 2021 debido al contexto en torno al coronavirus.
El blockchain resulta una tecnología idónea para reducir las pérdidas y mitigar los riesgos de que las vacunas sean robadas o contrabandeadas.
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Por su parte, Moderna implementa soluciones digitales para serializar y distribuir las vacunas. De esta manera busca, en colaboración con los productores y los mayoristas, evitar que estas sean vendidas “por debajo del agua”.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo la vacuna por el Covid-19 representa una oportunidad para monitorear la cadena de suministro digital. Sin duda, esto marcará un parteaguas en la implementación de soluciones tecnológicas para garantizar la seguridad y confianza de los consumidores y en este caso, de quienes recibirán la inyección.