Los altos mandos de la empresa requieren mostrar actitudes y comportamientos consistentes que influyan en todos los colaboradores para que hagan lo propio, buscando resultados e impulsando la innovación.
En un entorno dinámico, la Alta Dirección requiere evaluar el propósito de la organización para determinar si su propósito se encuentra vigente. Por ello, el C-Suite debe asegurarse que exista coherencia y consistencia en la empresa para asegurar su crecimiento y continuar impulsando su transformación.
Los directores de cada área en la empresa necesitan mostrar congruencia en sus actitudes y acciones para mantener al resto de los colaboradores enfocados y productivos. En consecuencia, se conseguirán altos niveles de desempeño permitiendo incrementar la innovación tanto en productos como servicios, además de ofrecer una experiencia de consumidor invaluable.
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Un líder que es predecible en sus principios y comportamientos contribuye a la estabilidad al interior de la empresa, así como el impacto que se genera en la vida de los clientes. Sumado a esto, los efectos positivos también se reflejan en los socios comerciales, porque al notar que en la organización hay un equilibrio, sienten más confianza para relacionarse.
Sin lugar para la incongruencia
Además de un mercado dinámico, las compañías enfrentan un entorno en el que se juegan su credibilidad y confianza ante los inversionistas, acciones, consumidores y sociedad en general. Que el C-Suite muestre consistencia y coherencia es importante porque:
- Permite atraer a empleados con alto potencial de prosperar porque son capaces de adaptarse a una cultura organizacional claramente definida con la cual se sienten identificados.
- Se envía un mensaje unificado que le brinda seguridad a los clientes de que la empresa busca hacer lo correcto en todo momento e impactar de forma positiva a través de sus productos o servicios.
- Facilita medir la efectividad de las iniciativas y estrategias de la empresa con el fin de asegurar de que las decisiones que toman los altos mandos estén enfocadas a cumplir los objetivos.
- Evita alimentar el miedo cuando se muestran diferentes comportamientos y actitudes (ej., ambivalencia o cambiar de opinión con facilidad). Como resultado, los demás no saben cuál es la forma ideal para responder o no se sienten cómodos por lo que no se animan a tomar la iniciativa.
- Contribuye a darle continuidad a la estrategia y los proyectos, lo que permite mantener a la empresa alineada y enfocada a la búsqueda de resultados. Por otro lado, previene decir una cosa y actuar de otra forma.
- Facilita actuar con integridad y apego a los valores de la empresa, promoviendo el trabajo en equipo, abrazando la diversidad y sin perder de vista la atención al cliente.
La alta dirección debe enfocarse en desarrollar de forma consciente una filosofía clara que permee a toda la organización, de tal manera que se traduzca en comportamientos y acciones concretas que contribuyan tanto a su crecimiento como adaptación a los cambios.
Líderes consistentes en la empresa
En medio de un entorno cambiante, los miembros del C-Suite necesitan apostar por un liderazgo que conlleve tomar decisiones que les permitan mostrar coherencia y consistencia. De esta manera, el resto de los colaboradores se sentirán identificados, por lo que actuarán en consecuencia y a favor de la empresa. ¿Qué deben tomar en cuenta los altos mandos?
- Definir un estilo propio: un buen líder es flexible, pero se compromete a desarrollar sus técnicas de liderazgo particular, actuando de forma consistente y apegado a los valores. Por otro lado, se muestra con sinceridad, sin renunciar a su manera de ser e incluso tanto él como los demás están conscientes de sus defectos (nadie está libre de estos).
- Crear equipos de trabajo productivos: es importante que los altos mandos unan a colaboradores a fines a los valores y misión de la empresa. Además, es fundamental mostrarles que son importantes, así se esforzarán para trabajar más duro, ser productivos e incrementar los niveles de engagement con la empresa.
- Comunicar valores y normas: cada empleado debe estar enterado de cuáles son los principios que rigen a la organización de tal forma que los empleados se sientan identificado. Así mismo, se requieren establecer reglas que aplicarán a todos por igual sin excepciones y que le dan sentido a la empresa, favoreciendo la productividad e innovación.
- Tratar a todos por igual: resulta esencial no mostrar favoritismos; de lo contrario, impactará en la motivación. Por ello, es esencial respetar a cada colaborador, sin demeritar su individualidad. De igual manera, a cada miembro se le deben ofrecer las mismas oportunidades tanto de participación como de crecimiento, siempre y cuando estén apegadas a los estándares de la organización.
- Enfocar esfuerzos en el servicio al cliente: los líderes de la empresa necesitan asegurarse de que al centro de la estrategia se encuentre al ofrecer una experiencia de valor al consumidor, sin importar su tamaño o sector en el que se desenvuelve. En consecuencia, se debe cuidar cada detalle que implique la comunicación con el cliente a través de diferentes canales.
- Tomar decisiones impopulares: los altos mandos requieren actuar en tiempo y en forma para resolver situaciones apremiantes o evitar mayores complicaciones, aunque esto implique que sus acciones no sean del todo aceptadas por el resto de la organización.
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La consistencia y coherencia puestas en prácticas por el C-Suite se conjugan en la organización para ser las bases que la unan entorno a los objetivos para buscar los resultados y que también impulsen la innovación.