Las empresas con alta capacidad para superar adversidades e innovar con rapidez son las que se adaptan con mayor velocidad a un mercado que en cualquier instante puede cambiar de forma abrupta.
Los tiempos inciertos que actualmente vivimos obligan a las empresas a ser ágiles y resilientes para recuperar, preservar o crear valor. Es en estos momentos donde las compañías requieren de un liderazgo sólido, contundente, basado en datos y con capacidad de respuesta para una rápida adaptación al entorno actual.
¿Por qué van juntos resiliencia y agilidad? La respuesta es simple, el primero permite sentar las bases con la intención de salir adelante en las circunstancias adversas, con todo el empuje de la alta dirección y del resto de los miembros de la organización. Así, en segunda instancia, se generan los cimientos para implementar prácticas que faciliten no solo adaptarse, sino innovar en medio de la crisis en aras de crear nuevos productos o servicios.
A pesar de lo anterior, las organizaciones han caído en un letargo cuando el 47 % de estas aseguran responder de forma pasiva o reactiva a los cambios que irrumpen en el entorno y en el mercado1. ¿Por qué estar dentro de esta categoría cuando enfrente tienes un horizonte de oportunidades? La clave no es perder tiempo y dar los pasos para consolidar una empresa ágil y resiliente.
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Si bien la crisis sanitaria ha impactado en la economía de las empresas (y del mundo en general), estas no pueden darse el lujo de retrasar sus procesos de transformación digital. Ahora es cuando más requieren apostar por reimaginarse y reinventarse para enfrentar un clima de negocios distinto que ayude resolver las necesidades de un consumidor que quiere recuperar su vida normal.
La resiliencia a grandes rasgos es la habilidad y flexibilidad para lidiar con la adversidad, lograr disrupción optimizando recursos, así como la actitud tanto de la empresa como de su gente para enfrentar el estrés en situaciones apremiantes.
Por su parte, la agilidad es la capacidad que tiene una organización para modificar estrategias y adaptarse a un nuevo entorno de negocios de acuerdo con los cambios en el mercado, según la retroalimentación de los consumidores.
Cuando ambos términos se fusionan, la organización potencializa su capacidad para adaptarse y sobrepasar a su competencia, pero también cuentan con la habilidad para reponerse con velocidad en caso de que sean tomadas por sorpresa, ya sea porque fracasaron o algún rival comercial los tomó desprevenidos.
Ante este panorama, no hay otro camino para las empresas más que volverse ágiles y resilientes. ¿Qué pasos deben seguirse para lograrlo con miras a conseguir resultados de crecimiento e innovación que aseguren su rentabilidad?
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Pensar y establecer un propósito común
Como CEO lo primero que requieres es adaptabilidad y agilidad de respuesta. Por lo tanto, junto con el C-Suite se necesita de un enfoque que contemple incluso escenarios adversos y tener una capacidad para dar solución con rapidez. Esto implica contar con datos y herramientas que generen insights sobre operaciones, el desempeño y el mercado con el fin de planear a futuro.
Con todo este bagaje de información lo que sigue es definir un propósito común que permeará a toda la organización. A través de una comunicación clara con los colaboradores, estos tendrán claro hacia dónde se quiere ir. Así ellos se sentirán más comprometidos para ir tras ese objetivo y actuarán de manera proactiva con la intención de identificar cambios en las preferencias de los clientes y presentar propuestas que las atiendan.
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Facilitar la toma rápida de decisiones
Las empresas ágiles y resilientes son las que priorizan actuar con velocidad y de forma eficiente, en vez de apostar a lo grande. Esto implica crear grupos o thinks thanks al interior conformados por expertos que aceleren la adopción de prácticas o tecnologías que contribuyan a incrementar la productividad y eficiencia de la compañía.
De lo que se trata es que las decisiones que antes requerían consensos y podían tomar semanas o meses llevarlas a cabo, ahora se tienen que hacer en el menor tiempo posible, porque esto puede marcar la diferencia entre adaptarse o rezagarse en el mercado y perecer.
Ahora la tendencia es actuar con un 70 % de probabilidad en el presente, que con un 100 % de certeza a futuro2. Pero eso sí, una vez que se toma la decisión por parte de quienes tienen el expertise, todos los miembros de la organización asumen el compromiso de seguirla al pie de la letra.
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Crear una cultura que empodere a la gente
Así como el emprendimiento es clave para crear nuevos negocios, el intraemprendimiento juega un rol crucial en las empresas. Por lo tanto, se requiere de un entorno flexible que permita a los colaboradores desplegar todo su potencial creativo para presentar propuestas innovadoras a los problemas que enfrenta la compañía.
Lo anterior resultará beneficioso porque los empleados son quienes se encuentran en la “primera línea de batalla”; es decir, tienen un contacto más directo con los clientes y poseen información clave con la cual pueden generar ideas para resolver las problemáticas.
Mientras tanto, los líderes de la organización actúan más como visionarios y mentores y menos como directores y controladores. Claro está cada colaborador asume responsabilidad por las acciones tomadas, pero cuentan con la libertad para aprovechar las oportunidades que se presentan y pueden resultar beneficiosas para la empresa.
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Unificar equipos de trabajo
Si hace miles de años los antiguos pobladores se sentaban alrededor del fuego para contar historias y aprendizajes, hoy no es la excepción en las empresas ágiles y resilientes. Por ello es importante crear grupos de trabajo con puestos bien definidos. Posteriormente, resulta de provecho tener sesiones donde se reúnen para compartir experiencias y buenas prácticas.
Lo interior implica modificar estructuras jerárquicas y apostar por una horizontalidad que asegure más transparencia y corresponsabilidad. Es necesario considerar que, en ocasiones, los equipos de colaboradores se ajustan a circunstancias apremiantes y dan respuestas a problemas particulares. Resulta clave que cada integrante tenga la confianza suficiente en sí mismo para conseguir los resultados trazados.
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Implementar la tecnología adecuada
Las organizaciones ven la tecnología no como una herramienta de soporte sino como una solución que integra su ADN. Aquellas que realmente apuestan por una transformación digital total están conscientes de que tienen que dejar atrás sus sistemas legados y apostar por plataformas más actuales que incrementen la eficiencia y productividad.
Por ejemplo, está bien que compañías, en medio de la crisis sanitaria, actuaron rápidamente para integrar sistemas para mantener a los equipos de trabajo conectados y en sincronía, aun y cuando estuvieran en sus casas. Sin embargo, ahora se trata de ir más allá y apostar por tecnologías exponenciales como inteligencia artificial, analítica, Internet de las cosas, entre otras, a fin de lograr una mayor adaptación al entorno dinámico actual.
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¿Qué cambios presentará el mercado en el corto, mediano y largo plazo? Solo las empresas ágiles y resilientes son las que tendrán mejores posibilidades para descubrirlo y adaptarse a un entorno incierto en un mundo que no será igual.
Referencias: 1EY, 2McKinsey