La única constante en la vida es el cambio, no permitas escapar oportunidades por tener miedo a lo que el futuro depara a tu vida personal y profesional.
Por Redacción TNE
La incertidumbre es la única certeza que existe y saber cómo vivir con esta inseguridad es la única seguridad.
—John Allen Paulos, matemático y escritor estadounidense
Cierto día conoces a una persona especial con la cual iniciar una nueva relación… o tal vez no, porque a fin de cuentas vas a salir lastimado. Una oportunidad de negocios sin precedentes te llega de la noche a la mañana, pero requiere que viajes al extranjero por un tiempo y eso te causa pavor.
Todos hemos experimentado algún tipo de desconfianza al futuro, ya sea hacia algo que sabes va a suceder o algo que temes pueda pasar. El miedo a lo incierto o desconocido es parte de la naturaleza humana y ha estado con nosotros desde tiempos antiguos.
A lo que le tememos no es al futuro, sino a sentir situaciones desagradables como el dolor, sufrimiento, pérdida o fracaso; sin embargo, el problema viene cuando estos sentimientos nos impiden entrar en acción. En realidad nadie sabe que va a suceder al tomar una decisión y no podemos predecir lo que la vida nos depara. ¿Cómo podemos superar este miedo y actuar en beneficio de nuestra persona?
Cambia las expectativas por planes
Comenzar a formular escenarios imaginarios es una receta exacta para llegar a la desilusión, toma en cuenta que puedes guiar tu mañana, pero es imposible controlar el resultado exacto. Por un lado si siempre esperas lo mejor, crearás una visión difícil de cumplir, por el otro si sólo ves las peores posibilidades, probablemente te sientas demasiado negativo y de mente cerrada como para notar y aprovechar las oportunidades.
En lugar de esperar que el futuro te brinde algo específico, concéntrate en lo que harás para crearte las circunstancias adecuadas. Nada te asegura que al mudarte de ciudad extrañarás a tus amigos y familiares o que te vayas a sentir como en casa; sin embargo, lo que sí está en tus manos es lo que planeas hacer activamente cuando llegues a tu destino para conocer nuevas personas, encontrar el balance y vivir de acuerdo a tus reglas, solamente no olvides prepararte para varias posibilidades.
Admite que no puedes controlarlo todo
Está claro que a nadie le gusta saber que mucho en la vida es imposible de manipular, pero lo “triste” es que muchas cosas así lo son. Algunas personas se resisten a esta verdad y se vuelven fanáticas de intervenir en todo a su paso: se niegan a delegar tareas y tratan de forzar a otras personas a cambiar, ya que piensan que si pueden tener suficiente control sobre la gente y las situaciones en las que se encuentran, pueden evitar que sucedan cosas malas.
No evitarás que llegue una tormenta, pero puedes prepararte para ella. No eres capaz de controlar cómo se comporta alguien más, pero sí puedes hacerlo con cómo reaccionas a la situación. Reconoce que, en la mayoría de los casos, todo lo que puedes controlar es tu esfuerzo y actitud. Cuando pones tu energía en aquello sobre lo que tienes poder, podrás afrontar con mayor fortaleza el miedo y estrés.
No te vicies con los problemas
Dependiendo del enfoque que le das a cada situación es cómo este afectará tu estado emocional. Cuando te surja un problema, evita a toda costa dejar que te agobie o inunde la mente con pensamientos negativos, lo único que provocarás es prolongar tu sufrimiento y dificultar tu rendimiento. Es como si estuvieras atrapado en un pozo y tu solución sea seguir cavando más y más profundo.
En vez de eso, piensa en acciones para mejorarte a ti mismo y a tus circunstancias a fin de crearte un ambiente positivo. Las personas emocionalmente inteligentes no se dejan envolver por las inseguridades que enfrentan. En cambio, concentran toda su atención y esfuerzo en lo que pueden hacer para mejorar su situación.
Acepta el riesgo y al cambio
Si manejas el peligro adecuadamente, puede volverse en algo bueno. En primera instancia, te ayudará a conocer cómo navegar futuros momentos difíciles de la vida y a manejar tus emociones, porque como bien dicen “el que no falla, no aprende”.
Vivir cambios significa que estás creciendo y aprendiendo, que estás experimentando en primera fila situaciones inusuales en vez de que alguien te las cuente. Cambiar quiere decir que estás probando cosas nuevas, entendiendo más sobre ti mismo.
A fin de reconocer esto, debes desprenderte de tus miedos inherentes y aceptar que la frase “es mejor malo por conocido que bueno por conocer” es totalmente falsa. No te conformes con algo sólo porque es “cómodo” o “ya te acostumbraste”, busca un camino nuevo y desconocido que ofrezca el potencial de encontrar una verdadera satisfacción y felicidad.
Finalmente, la incertidumbre tiene dos vertientes: puede que te mantenga despierto por la noche, obsesionado con las formas de protegerte ante toda situación que pueda salir mal o puede motivarte a vivir el momento y vivir bajo tus propios términos. Nada permanece igual por siempre, evita esta ilusión y no dejes que el miedo te detenga.
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