09/08/2016 | Por Noticias TNE
La batería podría contribuir a mantener seguros secretos militares o evitarles el dolor a los pacientes.
Un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Iowa lograron desarrollar una batería capaz de disolverse después de ser expuesta al agua o al calor. Cuenta con la capacidad de generar 2.5 voltios, suficientes para mantener encendida una calculadora durante 15 minutos, para luego desaparecer casi por completo tras media hora de exposición en el agua.
El profesor Reza Montazami, líder del grupo de investigadores, ha estudiado y trabajado en la tecnología transitoria durante años, por lo que esta es la primera pila con la mencionada característica que ha podido demostrar su poder, estabilidad y caducidad.
Un régimen transitorio es la respuesta del circuito eléctrico que se extingue en el tiempo después de generar una cantidad considerable de energía.
Los científicos publicaron los resultados de su descubrimiento en el Journal of Polymer Science, Part B: Polymer Physics. “A diferencia de los electrónicos convencionales diseñados para durar periodos extensos de tiempo, el atributo clave y único de los electrónicos transitorios es el de operar de manera rápida sobre uno corto, pero bien definido periodo de tiempo, para posteriormente iniciar la autodestrucción y disolverse cuando el mecanismo de transitoriedad sea activado” explicaron los científicos en el reporte.
¿Cómo funciona?
La batería contiene un ánodo, un cátodo y un separador de electrolitos dentro de dos capas de polímero a base de alcohol de polivinilo. Después de ser arrojada al agua, el revestimiento de polímero se hincha provocando que los electrodos se disuelvan. No obstante, contiene nanopartículas que no se degradan, por lo que no desaparece en su totalidad.
Sus medidas son de 1 milímetro de grosor, 5 de longitud y 6 de ancho.
Los investigadores afirman que podrían crearse versiones de mayor duración, pero éstas tardarían más en disolverse.
El desarrollo de este tipo de pilas podría jugar un papel importante en la reducción de desperdicios que generan los aparatos electrónicos.
A pesar de ser una tecnología probada, el profesor Montazami declaró que el proyecto presenta tres retos importantes: primero, la creación de baterías de mayor duración, similar a las de uso comercial. Segundo, éstas requieren múltiples capas y una estructura más compleja y por último, su fabricación presentó dificultades que requirieron de varios intentos.