Por Tomás Rodríguez Ferrari
Todas las empresas que quieren sobrevivir y tener un crecimiento sostenido, deben asegurar su transformación a lo largo del tiempo.
Una característica fundamental para las organizaciones hoy en día es la habilidad de adaptarse y responder a los cambios del mercado, a las nuevas tecnologías, a las acciones de los competidores o inclusive a cambios regulatorios, de lo contrario, estarán destinadas a desaparecer.
Es responsabilidad de los altos directivos o consejeros tomar las decisiones de cuándo y cómo transformar el negocio, sin embargo, la historia nos confirma que éstas no son decisiones fáciles, y en muchos casos los intentos por transformarse no suceden en el momento adecuado o terminan por reducir valor a la compañía.
¿Cuál es el momento adecuado para que una empresa se transforme o reinvente?
En realidad, la definición del momento adecuado para transformarse debe ser el resultado de un análisis continuo de la situación del negocio, del ambiente competitivo y condiciones en las que se opera. Bajo este concepto, hay cuatro razones que pueden motivar una transformación empresarial:
1. Alcanzar o acercarse a una posible situación de quiebra
Generalmente conlleva una situación de crisis y obliga a las empresas a buscar soluciones y transformar diversos aspectos de su negocio actual con el fin de mantenerse con vida. Lamentablemente, llegar a este punto indica que el intento por transformarlo debió iniciarse mucho tiempo antes. Esta condición facilita el convencimiento de los directivos sobre la necesidad de tomar decisiones drásticas al momento.
2. Caída permanente en la rentabilidad del negocio
Este punto es indicio de que algo ha cambiado y la organización ya no está logrando capturar el mismo valor que antes. Las razones para esto pueden ser variadas: mayor competencia, incremento en costos, cambios en las preferencias del mercado, etc. Esto puede ser motivo suficiente para iniciar un proceso de transformación. Idealmente se deben monitorear de manera continua distintos indicadores de desempeño para tratar de anticipar la necesidad de cualquier posible cambio.
3. Cambios relevantes en el ambiente de negocios
También pueden ser una razón válida para realizar adaptaciones: cambios en la legislación, en la regulación fiscal o los avances y desarrollos tecnológicos; esto con el fin de definir cuándo es el momento adecuado para realizar una transformación.
4. Estancamiento del crecimiento o nueva oportunidad que genere valor adicional
Una señal clara de que una reinvención puede ser requerida es el estancamiento del crecimiento de las ventas. Existe la posibilidad de que la empresa reactive el aumento de los ingresos haciendo ajustes a la estrategia o a la gestión de esta área sin requerir grandes cambios o transformaciones, sin embargo, es común que para lograr un impacto significativo en las ventas, se deba realizar ajustes importantes. Aún si las mismas llevan un buen ritmo es posible que se identifique una oportunidad que potencialmente pueda generar mayor valor y que requiera un cambio más radical, como pudiera ser una fusión de compañías.
¿Qué tipo de transformación es la que requiere el negocio?
Existen distintos niveles, mismos que puede involucrar cambios en la estrategia, modelo, operativo, estructura, procesos, tecnología, canales de ventas, etc. Generalmente implica una transformación en lo que las personas hacen o cómo lo hacen. Esto conlleva a que cualquier adaptación se acompañe de un proceso de gestión del cambio para soportar y facilitar la transición de todos los empleados o actores impactados.
Cualquier transformación conlleva un riesgo y requiere de recursos económicos y humanos para llevarse a cabo. Diversos estudios indican que la tasa de éxito en transformaciones corporativas ronda un 50%.
También hay que considerar que existen distintas maneras de adaptarse y reinventarse. Hay empresas que evolucionan de manera veloz, consciente y dirigida; otras lo hacen lentamente y de manera inconsciente, pero al paso de los años logran transformarse; hay otras que nunca lo hacen y se ven obligadas a asumir las consecuencias. Una buena práctica es hacer pruebas o experimentos de manera frecuente con pequeñas transformaciones contraladas que permitan a la organización aprender cosas nuevas, identificar cambios que puede adoptar para lograr beneficios e irse preparando para el momento en que se requiera algo mucho mayor.
Un buen proceso de planeación estratégico debe servir para identificar y definir el momento de realizar una transformación empresarial y el tipo y alcance de la misma.
En ocasiones resulta positivo contar con asesoría y apoyo externo para estos procesos, ya que permite una visión diferente y una opinión neutral que pueda dar claridad a la toma de decisiones sobre el rumbo que debe seguir la empresa.
Cuando se identifique la necesidad de realizar una transformación del negocio, es recomendable tratar de realizar pruebas antes de hacer un despliegue a nivel nacional. Las pruebas piloto permiten validar que los beneficios buscados son alcanzables y ajustar el modelo final al cual se quiere llegar.
Existen expertos que pueden acompañar y apoyar a las empresas en la implantación de un proceso de planeación estratégica cíclico y exhaustivo, evaluación de las necesidades de transformación o inclusive en llevar a cabo el proceso de transformación.