Por Redacción TNE
Se debe invertir en innovación para crear el valor futuro de la compañía y así asegurar su posición competitiva en el mercado.
Entrevista al Dr. Jaime Parada Ávila, Director del Instituto de Innovación y Transferencia de Tecnología de Nuevo León, nos lleva de la mano en el proceso que se debe seguir para generar una visión innovadora dentro de las empresas en el futuro.
¿Qué diferencia a la creatividad de la innovación?
Todo lo que es el fenómeno creativo del ser humano forma parte de una cadena de procesos que llevan a la innovación. No es lo mismo ser creativo que ser ocurrente, la creatividad tiene método, sistema y un reto definido. Entre ser creativo y ser innovador hay mucho trabajo, porque la generación de ideas es el primer paso del proceso, una vez que definimos el objetivo, contamos con información del entorno, comparamos con lo que ya existe y tenemos el conocimiento necesario, es cuando puedes empezar a generar ideas. Este es el primer paso, el segundo es la conceptualización, después viene el diseño preliminar, la validación en el mercado, el diseño definitivo y por último la implementación. No sólo se requieren individuos creativos, esto es un proceso de 10% inspiración y 90% de transpiración.
¿Qué tipos de innovación hay?
Existe la innovación de producto, servicio, proceso, equipos o instalaciones, innovación en los modelos, gestión de negocios y de nuevas empresas. De igual manera está la incremental, que son cambios ligeros que se van introduciendo en menos de un año; la semi-radical que va de 2 a 3 años y que es un cambio más profundo y por último, la radical (también llamada disruptiva) que va de 3 a 10 años, y que es la inserción de nuevo paradigma. Es un gamechange rule y te posiciona como líder en el campo. Se debe invertir en innovación para crear el valor futuro de la compañía y así asegurar su posición competitiva en el mercado.
¿Cómo se mide la capacidad innovadora de cada negocio?
Lo que no se mide no se mejora. La innovación se mide en cuatro etapas: nivel incipiente, confiable, competente y de excelencia. La empresa debe hacerse un autodiagnóstico, un esfuerzo colectivo para contestarse “¿en qué nivel estoy?”. Se debe de medir en diferentes dimensiones: el valor económico, competencias internas, nivel de dominio de procesos, estructuración, recursos necesarios para la innovación y la cultura de la organización. Una empresa que no tiene bajo control sus procesos o productos y quiere innovar será un desastre. Cada una debe de evaluar si están listos para hacerlo o no.
¿Cómo se pueden encontrar oportunidades de innovación?
Donde hay dolores, necesidades, cosas que no nos gustan o donde comenzamos a ver tendencias en mercados con mucha actividad. Detrás de cada problema hay una posibilidad de negocio y siempre hay algo que se puede crear para generar valor económico y social.
Cuando una empresa quiere iniciar con el proceso de innovación, ¿qué hay que hacer?
El autodiagnóstico es un paso de profunda humildad y decir lo que no te gusta te hace honesto. Hay cinco puntos para que se hagan transformaciones: uno es creer que podemos hacer cambios grandes; el segundo es querer, “¿quiero hacerlo y tengo el compromiso?”. El tercero es poder, “¿sabes o no del tema?, ¿tengo las herramientas y los recursos?”. El cuarto es saber, “¿sabes cómo se hace?”. Entonces tienes que aprender, la educación es para toda la vida. Y la última es hacer que las cosas sucedan. Los que quieren realmente innovar deben de pasar por esto.