Como líder de negocio, cuida cómo te expresas con quienes te relaciones. Una oración mal iniciada puede impactar en la manera en que te ven los demás y que dejen de confiar en ti.
Bien se dice que en la forma de hablar se proyecta seguridad, hacerlo mal puede marcar la diferencia entre cerrar una venta, negociar con un socio comercial, comunicarte con tus colaboradores o simplemente pasar una mala tarde durante una conferencia. Para evitarlo, es importante conocer cuáles son algunas de las frases que arruinan tu credibilidad como líder de negocio.
Hay oraciones sencillas, incluso que pueden llegar a ser cortas y que, aunque sean bien intencionadas, provocan que tus interlocutores tengan dudas sobre lo que estás diciendo, por más experiencia que puedas tener.
Por lo tanto, debes evitar que tu audiencia se ponga a la defensiva con respecto a las ideas que estás compartiendo y todo por decir frases que te impactan de manera negativa.
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“A decir verdad”
Si de un momento a otro de repente te notas diciendo “para ser honesto”, ¡cuidado! Corres el riesgo de que los demás interpreten que todo lo que mencionaste anteriormente puede no ser cierto, lo que se traduce en una pérdida de confianza.
Imagina que le dices a tu equipo de colaboradores que lograrán la meta de ventas días antes del cierre de mes, pero agregas que “para ser honesto”, tal vez requiere de más esfuerzo y tiempo para conseguirlo. Entonces, la primera parte de la oración se derrumba con mucha facilidad.
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“En mi opinión”
Resulta natural hasta cierto punto querer buscar la aprobación de los demás y de paso evitar mostrarse presuntuoso. Si bien no está de más ser siempre humildes ante la vida, ya que habrá alguien que sepa más o domine otras habilidades que tú no, es fundamental demostrar en todo momento seguridad de lo que dices.
Siempre que expreses tus ideas, hazlo con convicción y comparte tus argumentos por los que crees que determinada idea puede funcionar, ya sea para incrementar la productividad, aumentar las ventas o aprovechar una oportunidad de mercado, entre otras posibilidades. Cerciórate de tener poder de convencimiento, pero hazlo con el respaldo de datos duros.
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“Es algo que ya saben, pero…”
A nadie le gusta la redundancia y menos escucharla de alguien que muestra poca confianza en sí mismo. Asumir que los demás ya están al tanto de algo o conocen un tema puede resultar contraproducente, teniendo como resultado que te veas frágil ante los demás.
Es importante que pienses las cosas antes de hablar, de eso no hay duda. Esto te permite ordenar mejor tus ideas e incluso descartar comentarios que, en efecto, ya se han escuchado con anterioridad y no aportan nada nuevo. No obstante, asegúrate de presentar la información de manera novedosa. Piensa un poco en términos de storytellling o en series o películas: muchas tratan de lo mismo, solo que lo cuentan de manera distinta.
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“No estoy seguro” o “Podría estar mal”
Ambas frases afirman con contundencia que nadie debe de crearte o tomarte en serio sobre lo que tienes que decir o aportar a la conversación durante una sesión de trabajo. Mucho menos asumas que existe la posibilidad de estar equivocado, porque solo dejarás ver tu debilidad y. por ende, las personas no mostrarán interés en escucharte, ¿por qué habrían de perder su tiempo?
Solo comparte tus ideas, ya los demás decidirán si están de acuerdo contigo o deciden darte retroalimentación. Aprovecha cada oportunidad para expandir tus puntos de vista, asegurándote de que has cubierto diferentes escenarios de una problemática, por ejemplo.
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“Es solo una idea (o pensamiento)”
Puedes tener una idea muy buena y bien intencionada, pero el problema es insinuar que tal vez no lo sea. Además, la propuesta puede sonar autoritaria, lo que termina por perjudicarte más. Por otro lado, es un error declarar que tu comentario “probablemente” pueda sonar tonto.
En ambos casos muestras una actitud pobre, que anticipa la derrota y el rechazo. Si tus ideas son válidas, exprésalas con seguridad. En ninguna circunstancia asumas que son inútiles (considerando el contexto adecuado). Recuerda que es más tonto el que no pregunta.
No uses estas frases que arruinan tu credibilidad como líder de negocio, ya sea para relacionarte con potenciales socios o con tus propios colaboradores. ¿Conoce alguna otra?