La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos marca un regreso histórico a la Casa Blanca, pero también ha generado una gran interrogante: ¿cómo impactará su administración al futuro de la inteligencia artificial?
Finalmente ha llegado a su fin la contienda por la silla presidencial de los Estados Unidos entre Kamala Harris y Donald Trump, con una victoria del candidato republicano, quien se convierte en el primer presidente del país norteamericano en más de 120 años que cumple con mandatos no consecutivos, por lo que el mundo entero está expectante de ver cómo impactará su administración en diversos sectores, incluyendo la industria de la tecnología.
Durante su campaña política, el polémico mandatario declaró en repetidas ocasiones que como parte de sus iniciativas tiene planeado desmantelar desde el “primer día” que regrese a la oficina oval de la Casa Blanca, el marco de políticas de inteligencia artificial que se erigieron durante la administración de Biden, por lo que vale la pena analizar lo que la victoria de Trump podría significar para la regulación de la IA.
Donald Trump pretende eliminar las regulaciones de inteligencia artificial del gobierno de Biden
La política de inteligencia artificial de Biden entró en vigor a través de la Orden Ejecutiva de IA, la cual fue aprobada el pasado octubre de 2023 para abordar todo tipo de cuestiones relacionadas al desarrollo de esta tecnología, desde sus avances en el ámbito de la salud, hasta el desarrollo de directrices destinadas a mitigar los riesgos de robo de propiedad intelectual y seguridad que representan las herramientas de inteligencia artificial.
A pesar de que el año pasado la Orden Ejecutiva sobre IA logró importantes avances en la materia incluyendo la creación del Instituto de Seguridad de la IA de Estados Unidos (AISI), un departamento enfocado en estudiar los riesgos de los sistemas impulsados por dicha tecnología, Trump y sus aliados consideran que los requisitos de información que exige la orden a las empresas son innecesarios y las obligan a revelar sus secretos comerciales.
Cabe destacar que durante su campaña Trump no reveló detalles específicos sobre las políticas de inteligencia artificial que implementaría en su llegada al poder. De hecho, durante sus mítines políticos únicamente se limitó a criticar la actual Orden Ejecutiva para la IA y a mencionar que durante su mandato planea emitir leyes que “apoyarán el desarrollo de la IA basada en la libertad de expresión y el florecimiento humano”.
Por lo tanto, los especialistas presagian que la victoria del candidato republicano dará pie a un régimen regulatorio laxo, que se basará en la aplicación de las leyes existentes en lugar de la formulación de nuevas normas para la IA.
Este potencial enfoque desregulador de la administración de Trump contrastaría con las tendencias regulatorias en Europa y partes de Asia, donde se están instaurado marcos normativos buscan mitigar riesgos asociados con IA.
Opiniones divididas respecto al enfoque desregulador de Trump
Mientras que algunos expertos señalan que una regulación más ligera le permitirá a Estados Unidos mantenerse a la vanguardia del desarrollo tecnológico, otros temen que las brechas en estándares éticos, transparencia y control generen desigualdad.
Tal es el caso de Valerie Wirtschafter, investigadora de la Iniciativa de Política Exterior, Inteligencia Artificial y Tecnología Emergente de Brookings Institution, quien explicó que revocar la orden de Biden podría ser un “arma de doble filo” para las empresas tecnológicas.
“Por supuesto, menos regulación significa menos informes y trámites burocráticos complejos que superar”, declaró Wirtschafter. “Pero rescindir la orden también podría ser inquietante, ya que algunas empresas requieren algún tipo de hoja de ruta para seguir desarrollando responsablemente esta tecnología y cuanto más armonizada esté mejor”.
La política contra inmigrantes de Trump afectaría al sector tecnología
Uno de los ejes centrales de la campaña de Trump fueron las iniciativas que el ahora presidente electo propuso en contra de los inmigrantes, mediante las cuales amenaza con restringir las visas H1-B, que permiten a los empleadores en Estados Unidos contratar trabajadores extranjeros para ocupar puestos especializados.
Los expertos temen que si las visas H1-B se restringen durante la segunda administración de Trump, las empresas tecnológicas estadounidenses podrían perder su ventaja competitiva en la industria a nivel global, debido a la escasez de personal que hay actualmente en el sector en plena era digital.
James Brundage, líder global y del sector tecnológico de Ernst & Young, se atrevió a señalar que si Trump realmente cumple sus amenazas, cualquier empresa tecnológica que dependa de la contratación de personal del extranjero enfrentará desafíos en los próximos años.
“Si bien Estados Unidos ha desarrollado una ventaja tecnológica durante décadas, sin los trabajadores extranjeros que aportan su talento, esta podría desaparecer”.
El retorno de Trump a la presidencia de los Estados Unidos plantea un dilema en torno de hasta qué punto la IA debe regularse para promover la innovación de la mano con la ética y la seguridad. Aunque su victoria podría significar más libertad de acción para las empresas, la sociedad civil y el propio sector tecnológico, todos estos actores deberán jugar un papel crucial para asegurar que el crecimiento tecnológico en el país norteamericano se realice de manera responsable y justa.