El 31 de octubre Sotheby’s organizó una subasta de un retrato que fue creado por una robot humanoide llamada Ai-Da, sin saber que una semana después la pieza de arte se vendería por $1.08 millones de dólares.
La casa global para la licitación de arte, joyas, objetos de colección y bienes raíces, Sotheby’s, ha hecho historia tras subastar por $1.08 millones de dólares una pieza de arte que fue pintada por una robot humanoide llamada Ai-Da, titulada “AI God“, marcando un hito en el mercado del arte.
El 31 de octubre, Sotheby’s abrió la puja por el cuadro creado por la robot. Después de una semana y 27 ofertas recibidas, el 7 de noviembre fue vendida al mejor postor por exactamente $1,084,800 dólares, superando con creces su valor estimado de entre $120 mil y $180 mil dólares, situación que ha desatado el debate sobre el rol de la IA en la cultura y el arte.
Ai-Da: la robot humanoide diseñada para hacer arte
Ai-Da es el primer robot humanoide hiperrealista dedicado al mundo del arte cuyas obras han sido subastadas a nivel mundial. La androide fue concebida y desarrollada por un equipo liderado por el británico experto en arte contemporáneo, Aidan Meller, en colaboración con programadores, ingenieros especializados en robótica y psicólogos de las universidades de Oxford y Birmingham, ambas situadas en Inglaterra.
Sus creadores explicaron que decidieron darle el nombre Ai-Da en honor a Ada Lovelace, quien fue una pionera de la programación. La robot tomó dos años en ser programada adecuadamente y fue diseñada con el objetivo de llevar la inteligencia artificial a nuevos horizontes artísticos.
Por otro lado, presumen que es mucho más que una simple máquina que imita, subrayando su capacidad para crear obras de arte totalmente originales gracias a una combinación de algoritmos de aprendizaje profundo, cámaras instaladas en sus ojos y un brazo robótico que ejecuta sus trazos. Por medio de estos componentes, Ai-Da analiza el mundo que la rodea y toma decisiones artísticas que le permiten generar obras de arte “cargadas de simbolismo”.
¿Cómo hizo Ai-Da para crear AI God?
Mediante la creación de “AI God”, Ai-Da no solo demostró su habilidad técnica, sino también su capacidad para generar sus propias reflexiones filosóficas con base en un contexto de información.
El cuadro de 2.2 metros de altura, muestra un retrato distorsionado de Alan Turing, el padre de la IA, reconocido por su papel crucial en descifrar códigos nazis durante la segunda guerra mundial y por sentar las bases de la informática moderna.
Según sus creadores, fue la propia Ai-Da quien surgió con la idea de basar la obra en Turing, con el fin de expresar la creciente discusión sobre el impacto ético y social que puede llegar a tener la inteligencia artificial en la sociedad.
Utilizando sus cámaras y su sistema operativo, analizó cientos de imágenes de Turing y aplicó una técnica mixta en el lienzo para capturar su visión del legado del famoso científico y matemático con “tonos apagados y planos faciales rotos” que según Meller, representan “los dilemas éticos asociados con los avances de la inteligencia artificial”.
Adicionalmente, después de que se concretara la subasta, el artista británico señaló que la obra de Ai-Da va más allá de su valor monetario, porque simboliza la creciente intersección entre tecnología y el arte, recordando al mundo que a medida que la IA continúa avanzando, la discusión acerca de su impacto en la vida de las personas seguirá intensificándose.
“Más allá de ser una obra visual, el retrato de Turing pintado por Ai-Da invita al espectador a reflexionar sobre el papel transformador de la IA en la creatividad humana”, declaró Meller al respecto.
Opiniones encontradas en torno a fusionar la IA con el arte
Finalmente, cabe destacar que a pesar de la visión del artista inglés, quien considera que la llegada de la IA al mundo del arte es una evolución natural que refleja cómo la tecnología y la creatividad están destinadas a converger, para muchos miembros del gremio artístico las obras como “AI God” hechas con IA, representan una amenaza a la autenticidad, subjetividad y la calidad del arte, además de que plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la autoría y la propiedad intelectual del cuadro.