No importa el giro de tu negocio, las humanidades juegan un rol crucial para innovar y garantizar su crecimiento. Conforma una fuerza laboral que cuente con habilidades de pensamiento de diversas áreas del conocimiento.
Por Redacción TNE
No hay duda de que la tecnología cada vez penetra más en las organizaciones, convirtiéndose en un eslabón más de su ADN, en una herramienta que contribuye a generar productividad, mejorar procesos e incrementar las ganancias. Sin embargo, no puede hacerse a un lado un área fundamental ajena a las ciencias, tecnologías, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Si bien estas son necesarias, deben ir de la mano con las humanidades.
Hoy en día se habla de humanizar a los robots y el comercio electrónico, por mencionar algunos ejemplos. A medida que se integran más las computadoras en la vida social y empresarial, el arte, la historia, la ética y la filosofía, entre otras ramas del pensamiento, serán cada vez más cruciales a la hora de impulsar proyectos basados en inteligencia artificial1. Así lo consideran Brad Smith y Harry Schum, presidente y vicepresidente ejecutivo de Microsoft respectivamente, en el libro The Future Computed.
Las empresas requieren integrar una diversidad de talento para desarrollar un nuevo servicio o producto. Por un lado, necesitan personas que ejecuten los planes y comprendan toda la cuestión de diseño, sistemas, programación y operación; pero también deben sumarse los esfuerzos de aquellos expertos en lo abstracto, por decirlo de alguna manera, quienes tendrán una compresión más profunda del comportamiento de las personas y entienden las necesidades de los potenciales clientes, sus motivaciones y miedos, así como todos los aspectos del complejo espectro humano que llevan a elegir determinado producto o servicio. ¿Alguien que estudió educación sólo puede dedicarse a la formación académica? ¿Cómo se le enseñaría a un robot a ser maestro, entonces?
Una empresa que únicamente depende de una fuerza laboral homogénea se ve limitada por la falta de habilidades que a la postre la estancará y la hará dejar de ser un espacio de constante descubrimiento. Para no perder terreno, es importante que cuente con integrantes alimentados por la curiosidad y la creatividad, sin dejar a un lado la empatía. Basta con reflexionar qué ocurrirá con el pensamiento a medida que las computadoras se vuelvan más sofisticadas y capaces de procesar enormes cantidades de datos.
¿Cuáles son las características de tus colaboradores? ¿Cuentas con una diversidad que permita impulsar a la organización a niveles más altos de innovación? La transformación tecnológica debe ir acompañada de un pensamiento revolucionario originado en diferentes trincheras al interior de la compañía y no sólo desde un departamento de TI. ¿Sería muy atrevido pensar que hasta al guardia se le puede ocurrir una idea que lleve a sacar el nuevo hit, ya sea en producto o servicio?
Eric Berridge, en su conferencia de TED Talks titulada “Why tech needs the humanities”, cita un ejemplo particularmente interesante al respecto. Él tiene una consultora de software y hubo un caso donde se encontraron en una situación donde no podían descubrir la solución adecuada para el cliente que buscaba implementar un sistema de nube eficiente. Nadie del equipo de ingenieros podía dar en el clavo para cumplir con los requisitos y estaban a punto de ser despedidos.
Lo que hicieron fue actuar de manera lateral: se fueron a un bar y el barista en tono de broma les dijo que lo enviaran a él para lidiar con el cliente. Después de consultarlo con el grupo y al considerar que no tenían nada que perder, enviaron a Jeff, el barista, quien resolvió el problema y el usuario quedó muy satisfecho, convirtiéndose en una referencia para a la empresa.
Sin importar la formación de los equipos de trabajo, asegúrate de que cuenten con características como:
· Rapidez de pensamiento: quienes traen experiencia en las humanidades fueron enseñados a aprender a pensar, no a decirles lo que deben pensar. Quizá no cuenten con los conocimientos técnicos ni una memoria privilegiada que les permita recordar ecuaciones; no obstante, será un individuo con mayor capacidad crítica para asumir responsabilidades más allá de sus principales funciones. Organiza talleres o capacitaciones sobre las artes liberales para que todos en la empresa puedan aprender sobre temas afines a las humanidades, así tendrán la oportunidad de ejercitar el pensamiento crítico necesario para desempeñarse.
· Habilidades blandas o soft skills: la solidez de una empresa depende de las relaciones interpersonales. Por ello es vital que la organización cuente con colaboradores capaces de trabajar en equipo tanto a nivel interno como externo (por ejemplo, si trabajan en un proyecto colaborativo en alianza con otra compañía). Esto servirá a la hora de empoderarlos con la intención de que puedan tomar decisiones que, apoyadas en los conocimientos basados en las humanidades, sean más informadas y analizadas antes de ser ejecutadas.
· Mejora en la comunicación: los grupos de trabajo deben ser capaces de expresar claramente sus ideas porque de ello puede depender conseguir un contrato o no ganar o perder un cliente. De nada sirven los ingenieros y los expertos en programación si no saben expresarse tanto verbalmente como por escrito. Por ello, todos en la empresa deben contar, o en dado caso, desarrollar habilidades para comunicarse efectivamente con los compañeros.
Todos estos elementos son parte de la complejidad humana y las humanidades juegan un rol crucial en un mundo cada vez más tecnológico. Dales un espacio en tu empresa, así permitirás un flujo de ideas más constructivo, enfocado al cliente y a hacer crecer a la organización.
1 Business Insider (2008). “Microsoft’s president says liberal arts are necessary for the future of tech”.
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