Empresas de la industria de alimentos y bebidas apuestan por la IA para encontrar fórmulas que permitan crear nuevos sabores en el menor tiempo posible y adaptarse a los gustos de los consumidores.
La inteligencia artificial (IA) transforma todo lo que toca, y la industria de bebidas no es la excepción, como por ejemplo ocurre con el whisky. Es tanto su poder, que tiene la capacidad para identificar y crear sabores inimaginables y lanzarlos al mercado en cuestión de meses en vez de tener que esperar años, mejorando la rentabilidad de la marca y adaptándose a los gustos cambiantes de los consumidores.
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el del whisky Mackmyra, considerado el primero creado por IA. Con la ayuda de Microsoft Azure, la firma tecnológica Fourkind, analizó alrededor de 70 millones de combinaciones diferentes de esta bebida con base en 75 recetas originales de la empresa1.
En este caso, la inteligencia artificial recibió feedback de comentarios, clasificaciones y evaluaciones de embajadores de marca. Posteriormente analizó todos estos elementos con un algoritmo para desarrollar la receta final que tendría un éxito asegurado entre los consumidores.
Tecnologías exponenciales para deleitar al paladar
La implementación de IA y machine learning (ML) en la industria de alimentos y restaurantes contribuye a disminuir la cantidad de errores humanos, por ejemplo, que se les “pase la mano” con las cantidades de los ingredientes o al ingresar datos incorrectos al buscar crear nuevas propuestas en platillos o bebidas. Además, reduce costos de almacenamiento y transporte, porque se hacen mejores estimaciones en la producción, así como en logística, cuando se trata de entregas a domicilio.
Entre otros aspectos importantes se encuentran el optimizar el servicio, brindando una mayor personalización y ofrecer productos ad hoc a los intereses de los clientes. ¿Cómo se logra esto?
Con la ayuda de la inteligencia artificial es posible analizar grandes cantidades de datos con mayor precisión, reduciendo errores y sesgos que afectan el proceso de análisis. Por otro lado, la obtención de insights se da en cuestión de horas, cuando lo normal es que se tarde semanas o incluso meses.
Los clientes buscan constantemente productos que les generen satisfacción y, en el caso de las bebidas, quieren encontrar sabores que deleiten sus paladares, a tal punto que por un momento olviden cualquier problema que puedan tener. Gracias al poder de los datos, las marcas están en posibilidad de responder con rapidez a las preferencias y exigencias de los consumidores en tiempo real, manteniéndose así a la vanguardia.
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Una vez que se procesan todos los datos, se pueden virtualizar el mercado; es decir, probar conceptos e ideas con buyer personas basadas en IA, que cuentan con atributos de los clientes meta. De esta manera, las marcas pueden ajustar o corregir detalles en los productos antes de lanzarlos oficialmente.
Con el apoyo de la inteligencia artificial, indirectamente se apoya a los equipos de marketing para que enfoquen su tiempo y esfuerzos en actividades de mayor valor. Al mismo tiempo, se les proporciona información que les permita predecir cuáles serán las próximas tendencias que impactarán en el mercado.
Como resultado de todos estos factores antes mencionados, se incrementan las ganancias, asegurando la popularidad de la marca que es capaz de reinventarse constantemente.
Poniéndole lo sabroso…
La búsqueda de sabores es fundamental en una industria cada vez más competida. ¿Cuántos productos de alimentos hay muy similares y una pequeña variación puede marcar la diferencia entre permanecer en el mercado o dejarlo de manera repentina? Bajo este contexto, la inteligencia artificial será un factor fundamental para deleitar al paladar.
En febrero de 2019, IBM y McCormick se asociaron para colaborar en la investigación y aplicación de la inteligencia artificial con la intención de predecir y crear nuevos sabores y presentar productos novedosos con alto potencial de éxito en el mercado. Todo a través de su plataforma ONE para analizar diferentes recetas y lanzar novedosas opciones que no solo saben mejor, sino también son más saludables2.
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Otro caso es el de Givaudan Taste & Wellness, que hace unos meses lanzó ATOM (Advanced Tools for Modelling), un sistema basado en IA para optimizar la formulación de alimentos y bebidas, minimizando los tiempos de prueba y error, evitando periodos prolongados que terminen por impactar en la rentabilidad del negocio.
El impacto de la inteligencia artificial en la industria de bebidas y alimentos demuestra que es posible crear sabores jamás pensados o que de lo contrario llevaría años, lo cual se traduce en una reducción de costos y de tiempos, lo que permite llegar más pronto al mercado y evitar pérdidas que podrían ser millonarias.
Referencias: 1Scottish Whisky, 2McCormick