Por primera vez, científicos lograron crear un reactor de fusión capaz de producir más energía de la que consume para generarla, lo que podría significar un parteaguas en la historia de la humanidad.
En lo que fue un hecho histórico para la humanidad, esta semana un grupo de investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (LNLL), que se encuentra en una instalación federal de California, presentó un avance sumamente importante hacia la creación de una nueva fuente de energía limpia, barata y potencialmente ilimitada. Por primera vez en la historia, científicos lograron crear un reactor de fusión nuclear que produjo más energía de la utilizada para desencadenar la reacción.
La secretaria de Energía de los Estados Unidos, Jennifer Granholm, se encargó de presentar las conclusiones del avance histórico este martes 13 de diciembre, en una conferencia de prensa que se llevó a cabo en Washington. Granholm declaró: “Sin duda estamos ante uno de los logros científicos más impresionantes del siglo XXI”, y agregó, “este día pasará a los libros de historia”.
Por su parte, la doctora Kim Budil, directora del LNLL, aplaudió la labor realizada por los investigadores de su laboratorio y comentó que el nuevo descubrimiento es producto de más de 60 años de investigación. “Lograr la fusión nuclear es un triunfo de la ciencia, la ingeniería y sobre todo, de la humanidad”, mencionó Budil a través de un comunicado.
¿Cómo impactará al mundo la fusión nuclear?
Desde que los físicos descubrieron que la fuente de energía que alimenta a las estrellas provenía de la fusión de dos átomos, hace más de seis décadas, el gremio científico se ha esforzado por replicar este proceso mediante la fusión nuclear.
Finalmente, la semana pasada, los expertos del LNLL no solo lo consiguieron, sino que también alcanzaron por primera vez lo que se denomina umbral de rentabilidad científica, al producir una ganancia de energía neta sin emitir carbono.
En el experimento, un conjunto de 192 láseres disparó 2.05 megajulios de energía a un minúsculo cilindro que contenía una pastilla de deuterio y tritio congelados, los dos isótopos más pesados del hidrógeno. El calor de los láseres provocó que la pastilla se comprimiera, generando temperaturas y presiones lo suficientemente intensas para provocar la fusión de los dos átomos de hidrógeno que contenía.
Posteriormente, la unión de ambos elementos generó una diminuta corriente eléctrica que duró menos de una décima de segundo, en la que los núcleos atómicos fusionados liberaron 3.15 megajulios, 50% más cantidad de energía que se había utilizado para calentar la pastilla.
Aunque la chispa únicamente duró un instante, su significado perdurará para la historia. Al alcanzar por primera vez el punto de equilibrio, los científicos han demostrado que es realmente posible crear la ignición, un estado de la materia capaz de soportar sin problemas una reacción de fusión.
Según Johan Frenje, físico de plasma que colaboró en el experimento, el poder estudiar a detalle las condiciones del estado de ignición “cambiará las reglas del juego en todo el campo de la fusión termonuclear y permitirá avances nunca antes vistos en la industria”.
Por otro lado, aunque la reacción produjo más energía que la utilizada por el reactor para calentar los núcleos atómicos, los científicos confiesan que aún hay mucho por hacer antes de que la fusión se convierta en una fuente de energía viable. Sin embargo, los expertos ven en esta tecnología una herramienta increíble para la humanidad cuando esté lista, ya sea dentro de 10, 20 o 50 años.
No cabe duda que este nuevo descubrimiento trazará el camino hacía un futuro con energía limpia, barata y prácticamente inagotable, ayudando a los humanos a mitigar los impactos de la crisis medioambiental.