03/02/2016 | Por Noticias TNE
Investigación afirma que sobreexposición a la luz que éstas emiten altera procesos físicos y de comportamiento.
Estar mucho tiempo frente a las pantallas del smartphone, tablet o computadora se ha convertido en una actividad necesaria para desempeñar el trabajo diario y aunque parece algo inofensivo puede tener numerosos efectos en la salud física, así como trastornos en el comportamiento o atención que se presta a ciertas actividades.
Un estudio realizado por la Asociación Americana de Medicina encontró que la luz que emiten los dispositivos ocasiona diversas alteraciones a los procesos que realiza el cerebro como dormir, concentrarse o retener información en la memoria.
“La exposición de tiempos prolongados ante las pantallas compromete la integridad de la materia blanca cerebral, esto significa una pérdida de comunicación interna en el cerebro, menor conexión entre las diferentes áreas que dialogan para procesar la más alta cognición; menor grosor en el córtex y en general función cognitiva comprometida”, señaló la investigación.
En Estados Unidos en promedio los menores de entre 8 y 18 años pasan siete horas al día frente a una pantalla, lo que podría ser un detonante para la formación de nuevas generaciones de personas con problemas de salud a futuro.
Otro de los efectos que encontró el estudio fue que las partes del cerebro dañadas por el abuso del tiempo ante las pantallas se traducen en afecciones en las funciones como la planeación, la organización y el control de impulsos. Este mismo efecto incluye daño en la ínsula que juega un papel en desarrollar empatía, situación que podría explicar porqué los niños pegados a sus computadoras o gadgets no responden a las cosas que pasan a su alrededor.
La investigación también estudió la exposición a los contenidos que las personas observan en las pantallas. En este rubro se llegó a la conclusión de que los cerebros de aquellas que centran su atención en los videojuegos desarrollan una adicción a la dopamina que se experimenta al jugar, pero que deja a la mente opaca e inerte cuando no se presentan estos estímulos.
La misma dependencia se observó en personas que pasan mucho tiempo en línea realizando multitasking en los smartphones o tablets, puesto que al someter al cerebro a pequeños estímulos se crea un hábito que recompensa perder la atención.
La recomendación de los especialistas que desarrollaron la investigación es que, ante la nula posibilidad de erradicar las pantallas de las actividades diarias, se modere su uso a sólo lo estrictamente necesario, como el trabajo y la escuela; en cambio el tiempo libre debería dedicarse a la lectura, el descanso o la convivencia física con otras personas.