Algunos negocios crecen rápido, otros cierran en el corto plazo, ¿de qué depende? Además del producto, el mercado y la innovación, existen otros elementos que hay que tomar en cuenta para marcar la diferencia.
Las organizaciones requieren de una “mentalidad” orientada a lograr su crecimiento y desarrollo que permita que se proyecten en un entorno más competitivo. Se trata de una cuestión vocacional.
Sin importar si eres el director de una empresa con años de trayectoria o un emprendedor que apenas se inicia en el mundo de los negocios, para alcanzar el éxito de tu proyecto debes sentir pasión para luchar y sacarlo adelante.
¿Qué te detiene? ¡Actúa!
El mercado es dinámico y global, la velocidad con la que se mueve el entorno puede paralizar y provocar miedo, pero si se piensa mucho pueden dejarse pasar oportunidades que te lleven al éxito. Ahora que, si no las encuentras, puedes crearlas.
Incluso los malos tiempos representan un buen momento para mejorar si son aprovechados. Por ejemplo, Richard Branson, durante la recesión de 1970 expandió su empresa Virgin Records y en la de 1990 Virgin Atlantic. A pesar de las condiciones económicas debe asumirse la responsabilidad para mantener el rumbo de la organización.
Resulta más costoso dudar, analizar de más y procrastinar, pues el tiempo no se recupera, pudiendo aprovecharse mejor. Es importante no tener miedo, aceptar el desafío y hacer pruebas hasta encontrar tu lugar en el mercado.
Crea una visión y mantenla en la mira
El éxito no llegará simplemente por el hecho de empezar una empresa; crea una visión de negocio que defina a dónde se quiere llegar para que los esfuerzos se enfoquen en alcanzarla.
Lo anterior mantendrá la perspectiva del alcance, pues es muy fácil perder el rumbo o caer en la tentación de abarcar más e ir más allá de tus posibilidades. Haz que toda la organización se enfile a cumplir su objetivo.
Cuestiónate cuál es el valor de la empresa y hacia dónde quieres dirigirla, cuáles es el motivo de ir más lejos, define las acciones y comportamientos a desarrollar; por último, pregúntate por qué lo harás y cómo lo lograrás. Responde siguiendo el orden, pues primero es necesario conocer las motivaciones más profundas que te llevarán a entregarte con pasión.
Mantenerse enfocado significa administrar el tiempo de manera óptima para realizar proyectos, reconociendo actividades que deberán llevarse a cabo y aquellas que tendrán que sacrificarse.
Sé flexible y adáptate a las tendencias
El mundo fluctúa constantemente, las organizaciones no pueden darse el lujo de prescindir de la adaptabilidad al cambio; éste puede ser organizacional, operacional, en procesos yo habilidades requeridas; por su parte, tanto los directivos como los colaboradores deben saber implementar y mantener ese cambio.
Un empresario tiene que mostrar capacidad para adaptarse a las tendencias para aprovechar las oportunidades y hacer crecer el negocio. Para ello hay que estar atento a lo que ocurre en el entorno, conocer hacia dónde va su industria, capacitarse y mantenerse informado sobre los hábitos de consumo, además de indagar más para conocer mejor a su cliente.
Integra al equipo adecuado
En las compañías se requiere contar con personas que no sólo tengan las habilidades necesarias para desempeñarse en su puesto y cuenten con disposición, sino las que vayan más allá de las expectativas y puedan trabajar en equipo. Si bien es necesario contar con aptitudes para realizar determinadas tareas, lo que te hará llegar más lejos, tanto a los colaboradores como a la empresa, serán las actitudes, es decir, su disposición a aprender y a resolver situaciones.
Toma el tiempo necesario para entrevistar a los candidatos; conócelos a fondo para definir quiénes son los mejores que pueden contribuir al crecimiento de la organización. No apresures la decisión. Tampoco temas contratar o colaborar con personas que tienen mejores habilidades que las tuyas.
Un líder busca que sus colaboradores crezcan y despeguen en sus carreras. Preocúpate, haz cosas por ellos; crea una atmósfera relajada. Permite que se den cuenta que les importas y protégelos.
No evadas el conflicto, ¡crece con él!
No atender un problema de manera adecuada puede ocasionar que el liderazgo de la compañía se fracture, se aplacen decisiones y se ignore una realidad. Cuando no se expresan opiniones distintas se afecta el crecimiento de la organización. No hay nada más destructivo que una situación no resuelta.
Los líderes aceptan el reto de encontrar soluciones. Por lo general, los problemas surgen por fallas en la comunicación y por no saber controlar las emociones. Crea un entorno que permita su pronta resolución. Define claramente lo que se espera de cada uno de los miembros; en la medida de lo posible, anticípate a los problemas.
Si detectas a tiempo un conflicto, evitarás que se haga más grande. Cuando no se pueda prevenir, es importante comprender el punto de vista del otro y ayudar a que cumpla con sus metas.
Persigue la excelencia, no la perfección
Al interior de la empresa debe existir una cultura de trabajo que favorezca el proceso y garantice resultados, la cual permite un mayor crecimiento. Es común confundir perfección con excelencia; la primera detiene y evita avanzar. La segunda, busca la mejora constante, realizando un mayor esfuerzo para hacer las actividades del día a día; no se enfoca en los errores y más que buscar culpables, fomenta el aprendizaje de lo ocurrido y genera acciones para evitar que éstos se sigan cometiendo.
Procura el mejor rendimiento
El éxito del negocio depende de su desempeño. Enfócate en la rentabilidad, es el principal objetivo de cualquier empresa, sin ésta no puede sobrevivir, ya que su medición se da a partir del ingreso y de los gastos.
Es importante definir los indicadores para lograr los resultados correctos, entre los cuales destacan: rentabilidad, liquidez, eficiencia y la adquisición/satisfacción del cliente. La empresa debe de generar utilidades, donde los ingresos sean mayores a los costos con una diferencia razonable, de acuerdo a las expectativas de los accionistas.
Por su parte, la liquidez es la capacidad de convertir los activos en dinero en efectivo y ser solvente en el corto plazo. La eficiencia se alcanza cuando se optimizan los recursos, tanto materiales como humanos, para lograr los resultados.
No le temas al de al lado
La competencia existe para elevar nuestros estándares y mejorar la calidad de nuestro producto o servicio constantemente, además de que también puedes obtener experiencia de sus equivocaciones; más allá del miedo, aprende a lidiar con ella, no la ignores ya que puede superarte y hacer que pierdas terreno.
Sin duda, un mundo competitivo es feroz, existen distintos jugadores y todos quieren vencer para ganar, no debes subestimarlos. Lo anterior tampoco es motivo para no mantener una buena relación con ellos, incluso para cooperar en determinados momentos.
El éxito de tu empresa dependerá en el desarrollo de una mentalidad orientada a lograr resultados, en integrar equipos de trabajo colaborativos, aprender y realizar los ajustes necesarios para mantenerse competitiva.
Te puede interesar también: