Quedarás incrédulo al ver de cerca, explorar y experimentar una de las más grandes maravillas del mundo natural.
Por Redacción TNE
Mar adentro, a kilómetros de la costa de Queensland, el segundo estado más grande de Australia, yace una de las estructuras más imponentes y hermosas de toda la Tierra; un complejo ecosistema de seres vivos debajo del mar. Nos referimos por supuesto, a los famosos arrecifes que se extienden por cerca de dos mil 300 kilómetros y que son visibles aun desde el espacio.
La Gran Barrera de Coral es uno de los regalos naturales más extraordinarios del país austral y el mundo, contiene una gran cantidad de vida marina, más de tres mil sistemas de arrecifes individuales, cayos de coral y cientos de islas tropicales. Debido a su belleza, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más populares y se le considera como una de las Maravillas Naturales del planeta junto al Gran Cañón y el Monte Everest, entre otras.
Cualquiera con la dicha de presenciar en persona semejante espectáculo, podrá disfrutar de muchas experiencias incluyendo buceo, paseos en helicóptero o avión, subirse a un velero o a un barco con fondo de cristal, así como observar ballenas e incluso nadar con delfines.
Una experiencia totalmente viva
Las islas Whitsunday son las idóneas para establecer tu “base de operaciones” durante tu viaje, no dudes en escoger una de las 74 ya que casi todas tienen estatus de Parque Nacional. Las predilectas son la de Hamilton por la gran variedad de actividades que ofrece o Lizard si prefieres un lugar más aislado de la civilización para realizar snorkel en playas privadas.
Toma un tour bajo el agua como ningún otro que hayas hecho explorando la belleza del arrecife, los corales, peces tropicales y las tortugas marinas dentro de un mini submarino en el cual caben dos invitados y su guía. Otra forma de hacerlo es rentar un scooter submarino para que no haya barrera alguna entre ti y la vida del océano.
Si viajas en pareja, puedes crear la sorpresa romántica perfecta al subirte a un aeroplano y sobrevolar el Heart Reef, arrecife popular porque como su nombre lo dice, tiene la peculiar forma de un corazón. Verás mucho más desde el aire de lo que puedes esperar cubrir al nivel del mar, como los diferentes tonos de azul del océano, las islas solitarias y los patrones del coral.
Si acampar es lo tuyo, a lo largo de la costa este de la isla Hichinbrook se encuentra el sendero Thorsborne, un paraíso tropical de 32 km de recorrido a través de montañas, una selva tropical y playas vírgenes. Si estás atento a lo largo del trayecto —que puede durar hasta cuatro días— podrás admirar toda una gama de vida silvestre como cocodrilos, tortugas, delfines y dugongos, una especie de vaca marina que es la única representante con vida de la familia de los dugóngidos.
El gran atractivo de muchas de las islas es su diversa población de animales exóticos apreciables a tan sólo unos metros de distancia. Por ejemplo, la isla Magnetic cuenta con una amplia población de koalas que viven pacíficamente en las copas de los árboles, tanto en parques como en partes habitadas. En la isla de Daydream podrás alimentar a mano mantarrayas bebé. Biólogos marinos experimentados te explicarán el ciclo de vida de estas criaturas, además de mostrarte cómo sostener estrellas y pepinos de mar.
No todo es miel sobre hojuelas, ya que el calentamiento global ha causado varios daños a la Barrera; pero por fortuna el gobierno de Australia está por invertir cerca de 350 millones de dólares en su restauración y protección. Esto queda como una lección de vida, si queremos seguir viajando y admirando los tesoros que esconde el planeta, debemos velar por cuidarlo.
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